viernes, 21 de septiembre de 2012

Mares sin Vida marina

Son frecuentes las noticias y estudios sobre el declive de biomasa marina y la desaparición de algunas especies endémicas. Por ejemplo el salmón que antes era abundante en Alaska, prácticamente ha desaparecido de esta zona nórdica. Igual sucede con otras especies marinas, pero la poca investigación y monitoreo sobre su supervivencia, en mares como el nuestro, nos impiden conocer hasta que punto, muchas especies marinas están al borde de la extinción. Toda esta crisis del mar, se debe principalmente a la sobrepesca, especialmente la industrial y a la poca cultura conservacionista del mar. Actualmente los mares son lechos de grandes depósitos de basura y sustancias toxicas. También el mar, es el centro de extracción de petróleo y gas. Estas actividades e extractivas, han causado grandes tragedias ecológicas, como lo acontecido en el Golfo de México, en Alaska y otras zonas marinas. Por eso, la biomasa marina a nivel mundial, ha decrecido a niveles sorprendentes y muchos especialistas creen que nuestros hijos, es decir pronto, no habrá peces en todos los mares del mundo. Esta noticia es muy trágica, pues tiene que ver con nuestra propia supervivencia. En nuestro país, desde antes de los españoles, nuestros antepasados, comían con frecuencia especies marinas, tanto en los pueblos ubicados en la costa como también en las poblaciones andinas. La realidad pesquera, es recolectar los peces que nos brinda la naturaleza, es decir que la forma de explotación del mar no ha variado desde las épocas más remotas de nuestra historia. Solo se han perfeccionado los métodos de extracción que ahora recurren a equipos de última generación para prácticamente pescar todo tipo de cardúmenes sin considerar su tamaño o etapa reproductiva. Por eso la pesque industrial es un gran negocio, pues las grandes empresas pesqueras solo invierten en barcos, aparejos y tripulación. El resto de la faena pesquera, es decir la materia prima de esta industria no le cuesta nada a los que invierten en pesquería. Es que hasta la fecha no se han hecho estudios muy rigurosos para pasar a una etapa superior en el manejo de las biomasas. Es decir tender a la acuicultura, para que así, poder pescar lo que el hombre ha sembrado y cultivado en las aguas marinas. Según recientes estudios, el 85% de las existencias de peces están sobreexplotadas. En este rubro, estarían especies tales como la anchoveta, el jurel, el bonito, el atún , el salmón , la pota, etc. Estas cifras nos indican que la sobreexplotación pesquera, causa la disminución de las especies tanto en número como en cantidad, porque muchos ejemplares son pescados cuando todavía no han alcanzado su madurez reproductiva. La comprobación física de esta cifra es que grandes zonas marítimas que eran consideradas como propicias para la pesca ahora se encuentran prácticamente sin un solo pez. Se han convertido en desiertos marítimos, donde solo se albergan desechos industriales y detritus humanos. Estos nuevos vacios pesqueros son muchas áreas del mediterráneo, mar del norte y zonas del Atlántico que bañan a muchos países del oeste africano. También nuestro mar, considerado uno de los más ricos en especies marítimos, sufre un fuerte declive, por la sobrepesca industrial y en el 2050, si se sigue esta tendencia, no habrá ningún tipo de especímenes marinos en nuestro hasta ahora, rico mar. Es decir que esta fecha no tan lejano nuestros descendientes no podrán degustar la rica gastronomía peruana a base de pescado. El famoso ceviche, será recordado como un plato que fue preparado y comido por la mayoría de peruanos de las décadas precedentes del presente siglo. Pero todavía estamos a tiempo para revertir este grave panorama. Por ejemplo en nuestro país, se debería limitar la pesca solo para el consumo humano y no para destinarlo para fabricar harina de pescado y producir aceite, que se exportan en forma primaria para que sirvan a las granjas y haciendas europeas, chinas o norteamericanas. Tenemos que añadirle valor a toda esta riqueza. De esta forma se pescara con mayor racionalidad, evitando la captura de especímenes que no hay completado su ciclo reproductivo. Esta forma de pesca, se lleva a efecto en países tales como Nueva Zelandia, donde el volumen de pesca es el 10% de lo que capturamos en nuestro mar, pero su precio es casi el mismo, porque los neozelandeses añaden valor a lo que capturan en el mar. También es necesario que se realice en forma permanente un severo control en alta mar y cerca de la costa, por parte de la marina, para evitar que se deprede nuestro mar. Por Manuel J. Villanueva Consultor Internacional Blog: www.majevic.blogspot.com

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