jueves, 7 de junio de 2018

La rivalidad EEUU – China

Desde que China se convirtió en un país de economía abierta gracias a las reformas de Deng Siao Ping, el crecimiento económico de este país ha sido impresionante, porque ha sido 10% anual en promedio. Desde ese entonces las grandes corporaciones internacionales de EEUU, Japón. Europa y Corea del Sur, realización ingentes inversiones para aprovechar la mano de obra barata de los chinos y su buena preparación técnica, gracias a los años en que Mao Tse Tung fue presidente. Cuando le preguntaron al entonces primer ministro Chou En Lai, que pasaría si China adoptaría el sistema de una economía de mercado, Chou, dijo que serían la primera potencia económica del mundo y no la faltaba razón. Fenecida la época maoísta, en creador de la economía de mercado centralizado Deng, lo llevo a cabo. En ese tiempo dijo. ‘no importa el color del gato con tal que coma ratones’. Por este motivo muchas corporaciones mundiales invirtieron ingentes montos de dinero y asi China pasa a ser la gran mega usina del mundo. Casi todos los productos que se comercializan en el mundo son de procedencia China. Pero su gran potencia económica le ha permitido también armarse y en este terreno rivalizar con las poderosas fuerzas armadas de EEUU. China quiere ser la primera potencia mundial, ahora es la segunda. Según proyecciones este gran país oriental, será la primera potencia mundial en los próximos 20 años. Por eso su ambición de no quedar a la zaga en el desarrollo de armamentos de todo tipo, especialmente nuclear y misilero. China también tiene ambiciones de dominar el Asia y de reclamar como suyo una serie de islotes, que están en disputa con Japón y Filipinas. Toda esta influencia preocupa a los estrategas norteamericanos, porque representa un problema potencia para su hegemonía en esta parte del mundo. Los chinos están muy interesados en modernizar permanentemente sus fuerzas armadas, para confrontar con cualquier enemigo. Pero los Estados Unidos creen que esta modernización militar chinas esta direccionada a los Estados Unidos. Además en China, existen grandes inversiones norteamericanas, que han sido trasladadas a China, para aprovechar su mano de obra. Este es otro gran problema porque las fábricas que existían en suelo norteamericano ahora están en China, dejando a miles de obreros de ese país sin trabajo. Por eso una de las políticas de Donald Trump, es procurar traer gran parte de sus fabricar nuevamente a territorio norteamericano y también ha subido los aranceles para encarecer las importaciones que EEUU hace a China. Otro asunto es que la deuda externa norteamericana que es cuantiosa, está en poder de China. En el terreno diplomático, los chinos hacen sentir su presencia que muchas veces contradicen a lo que desean los norteamericanos. Es el caso de Corea, Irán, Siria, especialmente. Muchos politólogos, creen que se avecina una nueva guerra fría. No solo China está jugando en este campo sino que tiene el apoyo de Rusia, que es una gran potencia militar con intereses en el medio oriente en especial en Siria e Irán. Rusia mantiene un contingente de tropas en territorio sirio y diferentes tipos de armamentos, especialmente aviones de última generación. Los rusos están probando la eficiencia de sus equipos con miras también de confrontar a los Estados Unidos. Rusia también está involucrado en Crimea que antes pertenecía a Ucrania. Todos estos escenarios son una muestra que las grandes potencias están jugando sus cartas y mostrando su poderío militar. Ojala que la próxima cita entre Trump y Kim Jong-un tenga buenos resultados para bajar la tensión bélica en una zona estratégica, porque afecta a países como Japón, Corea del Sur, además de China, Rusia y Estados Unidos. Lo que el mundo quiere paz y no confrontaciones militares. Por Manuel J. Villanueva Consultor Internacional