viernes, 7 de septiembre de 2012

Los bufones que nos gobiernan

Es alucinante ver todas las acciones que protagonizan los políticos, para llegar al poder. Es decir que su ambición personal o su ego descomunal, los convierte en verdaderos bufones si con esto pueden convencer a sus potenciales seguidores. Ya no son ellos mismos, sino que representan roles, que les dictan sus consejeros o asesores en lo que se suele llamar marketing político. Esta transformación de su personalidad, se da en las campañas electorales, donde podemos ver a estas personas bailar sin gracia , contar chistes que no hacen reír, cantar desafinadamente, vestirse informalmente, asistir a programas cómicos, musicales o realities, con tal de hacerse conocidos. La idea es llegar a cierto publico objetivo, especialmente donde hay mas electores, como es el segmento de los jóvenes. Es decir hacer el ridículo en los medios, no es tomado en cuenta por estas personas, con tal de ganar popularidad y así tener la posibilidad de acceder al poder. Todos estos personajes siguen el mismo libreto, en vez de hacer docencia política a fin de difundir sus programas de gobierno y sus ideas de como mejorar las condiciones de vida de todo el pueblo. Pero esto solo es el inicio de todo el libreto, que tendremos que observar con el paso del tiempo, cuando muchos políticos son elegidos. En esta etapa, los escándalos sobre el mal uso de sus atribuciones serán pan del día, por la manera de usar el poder que les confiere su posición dentro del estado. El tren de vida de lujo, los placeres de todo tipo, el derroche de dinero que procede de las arcas del estado, los actos de corrupción, el nepotismo, los negociados, serán una cadena sin fin durante el tiempo que están en el gobierno. Pero, dentro de su papel de bufones, que será una constante, veremos a estas personas, protagonizar escándalos, acusaciones sin fundamento, peleas verbales, agresiones físicas. Todos estos actos serán temas para los medios. Además, veremos a estas personas, dormir en los actos públicos, meterse los dedos a sus fosas nasales, leer periódicos, revistas, resolver crucigramas o hablar por teléfonos celulares durante las horas que deben trabajar, sin que nadie les pueda llamar la atención. Estos casos se dan con mayor frecuencia en los congresos o parlamentos. También de vez en cuando, los congresistas protagonizan verdaderas batallas campales, tal y como suele suceder cuando se enfrentan las barras bravas de dos equipos deportivos rivales. Sin en el caso deportivo las acciones violenta son censurables, con mayor razón deberían ser condenadas cuando la violencia física inunda los recintos del congreso. Pues este lugar debe ser respetado dado que es el recinto de uno de los poderes del estado. Pero casi nadie juzga o condena estos actos. Toda esta parodia que es frecuente, no hace sino confirmar el poder que tienen los medios de comunicación sobre las masas. Estas casi no tienen la posibilidad de cuestionar lo que ven, leen o escuchan. Aceptan todo sin hacer un verdadero escrutinio de la información para formarse un juicio mas ponderado. Es que las veleidades de los hombres y mujeres que se dedican a la política, como son noticia, casi todos lo toman como un tema de conversación sin tomar en cuenta la trascendencia que tienen las personas que ejercen el poder sobre el destino de una sociedad. Esta realidad refleja la crisis de valores en que nos encontramos donde mas vale mentir que decir la verdad. En este tema, muchos políticos que han ascendido a la presidencia, han hecho ofertas electorales que luego de llegar al poder nunca las han cumplido. Como no existe un poder fiscalizador, todo se queda en el olvido, máxime si esto es conveniente para los grupos que dominan los sectores económicos y políticos. Es decir que las personas que han dado su voto mayoritario para elegir un candidato no cuentan a la hora de gobernar. Esperamos que esto cambie para bien del país, pues la forma como se ejerce la política utilizando el papel de bufones, como la mentira, tienen pasos cortos y mas temprano que tarde, por las contradicciones, en que se cae, serán cuestionadas por los electores. Pero también se requiere, que exista una verdadera clase política, sustentada en partidos políticos que tengan su respectiva ideología, planes de gobierno y lideres honestos, para sacar al país de la crisis moral e ideológica en que se encuentra. Solo asi, se retomara el cauce normal de hacer docencia política, con verdaderos lideres que prediquen con el ejemplo en todo los aspectos de su vida. El líder es la persona que genera mística y tienen una gran influencia sobre sus seguidores. En este campo, podríamos mencionar como ejemplo al líder hindú Mahatma Gandhi, que pudo movilizar a cientos de millones de sus compatriotas con su predica de la no violencia y viviendo como el mas humilde de sus connacionales. Por Manuel J. Villanueva Consultor Internacional Twitter: @manueljvillanue

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