jueves, 7 de marzo de 2019

Acoso sexual

< El acoso sexual Experimentamos en estos últimos tiempos una serie de denuncias por acoso sexual que afectan la dignidad y la honra de las damas. Esta condenable practica no solo la hacen la gente sencilla sino también una serie de autoridades, políticos, congresistas y funcionarios públicos. Ahora es noticia del día, en todos los medios el presunto acoso sexual cometido por el congresista Johny Lescano contra una periodista, usando como medio un teléfono celular, donde se puede leer frases subidas de tono y relacionadas con el sexo. Lescano en su defensa, dice que su celular ha sido manipulado por gente relacionada con sus adversarios por la finalidad de desprestigiarlo. Aunque este congresista también reconoce que si hubo intercambio de mensajes con la presunta víctima pues ha sido una conversación entre dos personas adultas, pero muchas frases no son de su autoría. Antes fue el congresista del frente popular Moisés Mamani, quien efectuó una serie de tocamientos indebidos contra una sobrecargo de una línea aérea durante un vuelo de Juliaca a Lima. Sus excusas no son creíbles y por eso este mal congresista está suspendido del Congreso. En este y otros casos de acoso las personas agraviadas presentan sus denuncias respectivas contra el acosador, cosa que no era usual antes. Quizás el origen de la impunidad de todos estos actos inmorales sea porque somos una sociedad muy machista y discriminadora. Sin embargo el acoso sexual de da también en muchos otros países del mundo. Muchas veces, las mujeres violentadas han guardado silencio para no ser estigmatizadas o desprestigiadas por la sociedad, Hablar de este este tema era muy difícil, porque la persona que denunciaba este maltrato, era inmediatamente deshonrada y en la mayoría de los casos discriminada por su entorno social. Además las posibles denuncias contra el acoso sexual, que raramente se hacían en esos tiempos, no eran tomadas en cuenta por las autoridades policiales, fiscales y jueces. Es decir caían en un saco roto. Felizmente, ahora la situación se torna diferente, porque las víctimas de acoso sexual tienen las garantías del caso para que la justicia actue con rapidez y efectividad. En el aspecto social la cosa ha cambiado porque ahora son los acosadores los que sufren el desprestigio y la condena de la mayoría de la sociedad Es decir la tortilla ha dado un giro de 180°. Esperemos que esta lacra social desaparezca de nuestro medio y que los que resulten responsables sean juzgados severamente y con la celeridad para que estos hechos reprobables sean castigados ejemplarmente. Por Manuel J. Villanueva