domingo, 23 de mayo de 2010

La mejor política es la honestidad

Hace 4 siglos el gran literato español Don Miguel de Cervantes Saavedra, apostillo que la mejor política que puede tener un gobierno es la honestidad. Esta máxima, esta todavía vigente en nuestros días, pues atravesamos una seria crisis de moralidad, por los actos de corrupción que se cometen desde las altas esferas del poder político vigente. Esta triste realidad, nos hace pensar que hay una suerte de proclividad a mal usar el poder político o económico de un país en beneficio propio. Quizás esto tenga que ver con la falta de una educación que este centrada en habituar a todos en la practica de los valores morales, tales como la honestidad, la honradez y la responsabilidad. Esta educación debe iniciarse en los hogares y ser respaldada en los centros de enseñanza de todo nivel, para que poder disminuir la tendencia hacia la corrupción. Otro aspecto importante es eliminar del aparato burocrático estatal, una serie de trabas y obstáculos, para aprobar la ejecución de cualquier actividad productiva o de servicios. Las empresas que quieren invertir en forma oportuna, tienen que recurrir al soborno y a dar las famosas comisiones a las personas encargadas en las diferentes dependencias del estado, para que sus proyectos puedan ejecutarse. Por eso los países, como el nuestro, donde existen muchas trabas burocráticas, son los mas proclives a las malas prácticas, ligadas a la corrupción. Países como Suecia o Noruega, donde existen redes burocráticas agiles y también sus funcionarios que trabajan para sus estados, son profesionales, están menos expuestos a la tentación de cometer actos corruptos. Por eso es necesaria y perentoria, una real reforma del estado, que comprenda a todas las entidades del mismo. Esta reforma del estado, que ahora parece un sueño imposible, es una necesidad impostergable, si es que queremos realmente salir del subdesarrollo. El costo de la corrupción es muy elevado y atenta con el desarrollo de toda la sociedad peruana, porque estas prácticas deshonestas hacen perder competitividad y calidad a las diferentes obras y compras que se realizan en nuestra región y en todo el país. Esto se debe a que las firmas que obtienen la buena pro de muchas obras mediante malos manejos, tienden a reducir la calidad de su trabajo en la ejecución de por ejemplo carreteras, construcciones de todo tipo y montajes de plantas, porque saben que los funcionarios estatales “aceitados”, se harán de la vista gorda. Esta reforma del estado debe contemplar también que todo tipo de inversiones, obras y compras que se haga en el país y que este vinculado a la aprobación del estado, debe ser gestionado por un ente técnico, que sea independiente del poder político. Así podría cumplirse con los estándares que se requieren para la ejecución de todo tipo de proyectos, porque estos serán realizados por empresas que tienen las calificaciones necesarias tanto en la parte tecnológica como en el área económica. Cuando se maneja los dineros del estado o de la región, en forma transparente, hay una real garantía de que cualquier tipo de obra se hara respetando los niveles internacionales de calidad, precio justo y oportunidad de ejecución. Solo así se disminuirá los actos de corrupción en el aparato estatal y nuestra calificación mundial en esta área se elevara hasta igualar a países con mejores prácticas en el manejo del dinero de los países.
Por Manuel J.Villanueva