lunes, 17 de septiembre de 2012

El consumo mundial de minerales

La explotación de minerales a nivel mundial, sobretodo los llamados estratégicos como el tungsteno o estaño y los preciosos: oro y platino, diamantes, se hace muchas veces sin respetar el medio ambiente ni los derechos humanos de los trabajadores y poblaciones aledañas a muchos de estos yacimientos. Pero el ansia de acumular metales preciosos que solo sirven para satisfacer los caprichos de los muy ricos y los estratégicos para emplearlos en la industria electrónica y de comunicaciones, provocan una serie de conflictos y males dentro del entorno ambiental y social. La gran cantidad de innovaciones en el campo de las telecomunicaciones, es una seria amenaza para muchos pueblos que son exportadores de minerales como es el caso de nuestro país. Se dice por ejemplo que la nueva versión de los celulares el iPhone5, que acaba de salir a la venta en el mercado mundial, podría ayudar a la débil economía norteamericana a recuperarse de su estancamiento. Pero producir estos adminículos electrónicos, donde sus conexiones son soldadas con estaño, han provocado muchas desgracias en las zonas del planeta donde se extrae este mineral. Es decir los mineros de Indonesia, de la isla de Bangka o de los países africanos, que ganan sueldos de miseria para extraer este mineral, no son tomados en cuenta por los usuarios de teléfonos inteligentes, computadores o tabletas. Es decir que no se toma en cuenta que los ecosistemas se resientan ni que el agua se agote o contamine con tal de adquirir lo mejor que ofrecen las grandes compañías dedicadas a la producción de equipos de telecomunicaciones y de computo. Igual o peor situación se experimenta con la explotación del oro, platino o diamantes. En nuestro país, la producción del oro de manera informal, es una gran amenaza para nuestra amazonia. Grandes zonas de esta región tal rica en biodiversidad, ya están convertidas en verdaderos paramos. Igual sucede en la vecina Colombia en su zona amazónica y en los países africanos. En el continente negro, la explotación de oro, diamantes y platino, han provocado grandes conmociones sociales y guerras solo por explotar y extraer estos bienes preciosos. Recientemente en Sud África, en la mina de Marikana, se ha producido una matanza de 34 obreros de este yacimiento de platino, lo cual ha provocado una verdadera crisis política. Es que esta matanza no tiene comparación en la etapa post Apartheid. El actual presidente sudafricano, Zuma, podría ver finalizada su carrera política, por no haber previsto esta grave problema que afecta a miles de mineros de Sud África. Haciendo un inventario de cómo se producen y extraen los minerales a nivel global, vemos la gran mayoría de yacimientos son muy peligrosos para el medio ambiente, el entorno de las minas y para sus trabajadores. Esta realidad, tienen que ser expuesta en los medios, para que los consumidores de muchos bienes tecnológicos y de la alta joyería, exijan a los vendedores, una certificación de que estos productos han sido elaborados respetando al máximo el medio ambiente, a las comunidades aledañas a las minas y protegiendo a sus trabajadores. Es decir que las campañas mundiales que actualmente se realizan, para evitar las matanzas de muchos animales, como las focas, para utilizar su piel en abrigos, debe ser replicado para el caso de los minerales de todo tipo. Pero más estrictez debería haber para controlar la explotación de oro, platino y diamantes. Estos minerales, realmente no tienen una aplicación que sea de utilidad a grandes masas de consumidores. Mayormente se las usa en la fabricación de joyería. La oferta de orfebrería fina, es grande y los precios que consiguen los vendedores de joyas en los exigentes mercados mundiales, son astronómicos. Es decir que lo que producen, los mineros ,con gran sacrificios y exponiendo su vida y salud, en cualquier yacimiento de nuestro mundo, son vendidos por los grandes grupos de poder a su rica y exigente clientela de Estados Unidos, Europa, China e India. Esperamos que se tome conciencia de esta grave realidad, pues los consumidores son en última instancia los que tienen la palabra cantante, para exigir a los grandes vendedores mundiales, certificación que sus productos. Es decir que estos bienes han sabido respetar la cadena de producción, que se origina en un yacimiento para luego pasar a la etapa metalúrgica y el procesamiento industrial de los metales. Por Manuel J. Villanueva Consultor Internacional Twitter: @manueljvillanue

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