sábado, 22 de septiembre de 2012

El negocio de los medicamentos

Con el aumento de la urbanización de la población mundial y la explosión demográfica vigente, se han incrementado casi en forma exponencial el número de pacientes y una serie de dolencias que hace 100 años prácticamente no existían o no eran tomadas en cuenta por la población. Nuestros antepasados tenían dietas sanas de comida y cuando se enfermaban, recurrían a la farmacopea natural para conseguir recuperar su salud. Ahora, el cáncer y el Sida, son verdaderas epidemias. Otro tanto suceden con las enfermedades degenerativas tales como la diabetes, el mal de Alzheimer, la hipertensión arterial, el colesterol alto y otras enfermedades de este tipo. Quizás el hacinamiento en que vivimos la mayoría de habitantes en el planeta y las crisis económicas hacen que también otras enfermedades mentales como la depresión sea considerada como un mal que se incrementa en todo el mundo. Esta realidad de la salud pública global, hace que los enfermos o sus familiares inviertan miles de millones de dólares para sanar o por lo menos para estabilizar sus dolencias. Los grandes laboratorios ven en este “mercado”, una gran veta para hacer billonarios negocios, sin reparar en que muchos dolientes invierten hasta su último centavo para comprar fármacos que les puedan aliviar sus males. Pero el ansia de lucrar de estos entes, al parecer, hace que solo piensen en conseguir jugosas ganancias a costa del sufrimiento de los enfermos. Toda la población con este tipo de enfermedades, muchas de ellas, crónicas, hace que los laboratorios de nivel mundial, dedique parte de sus recursos en inversiones para hallar fármacos que curen o alivien todas las enfermedades antes mencionadas. Es decir que en la producción y comercialización de medicamentos, lo que prima es el negocio antes que el objetivo primordial que es la salud de los potenciales pacientes. Muchas veces los grandes laboratorios de alcance mundial, hacen todos los esfuerzos para optimizar sus ganancias y si para esto es necesario no tener en cuenta, las pruebas de rigor antes de que cualquier fármaco salga al mercado, entonces optan por obviar estas pruebas. Luego entra en juego la fama del laboratorio y la propaganda para introducir los remedios en el gran mercado de la salud mundial. Por eso muchos medicamentos nuevos no tienen la efectividad debida para tratar dolencias graves o crónicas. Esto aserto, ha sido confirmado por recientes investigaciones realizadas por científicos franceses. Según el informe publicado en medios especializados, el 50% de los fármacos o remedios no tienen ningún efecto curativo, un 20% son mal tolerados por los pacientes y el 5% son medicamentos potencialmente peligrosos para la salud. Es decir que de casi todo el conjunto de remedios solo un 25% son realmente efectivos para tratar las dolencias que aquejan a millones de personas en todo el mundo. Por ejemplo existen en el mundo 25 millones de personas con el mal de Alzheimer y otras 30 millones de personas con depresión, en ambos casos con tendencia a crecer. Igualmente la obesidad, provocado por la ingesta de la llamada comida chatarra y las bebidas gaseosas, hace crecer enfermedades tales como la diabetes o coronarias. Pero todo este espectro que es una amenaza a la población mundial incluido nuestro país, todavía no es tomado en cuenta, a través de un estricto control de parte de los órganos encargados de la salud pública, tanto a nivel internacional como en el Perú. En el control de calidad de los fármacos que ya están en venta, influye mucho la calidad de los médicos que tienen el deber de prescribir los medicamentos. Por ejemplo el uso indiscriminado de penicilinas de todo tipo, ha provocado que muchas cepas, sean resistente a casi todos los antibióticos. Por eso un tipo de tuberculosis, es incurable porque no existe todavía el remedio para curar este terrible mal. Según los mismos científicos franceses el monto anual que invierten sus connacionales para comprar fármacos asciende a 10 mil millones de euros. También han develado que los grandes laboratorios solo invierten el 5% en investigación, el 15% en desarrollo de productos y el 10% en la fabricación, que generalmente se hace en países emergentes tales como India o Brasil. Es decir que el jugoso 70% restante, es el grueso margen de sus altas ganancias. Lo que demuestra que la salud pública es un gran negocio, pues a través de ella se logran altos rendimientos de retorno y utilidades. Por Manuel J. Villanueva Consultor Internacional Blog: www.majevic.blogspot.com

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