Con la llegada inusual, para Trujillo, de persistentes lluvias, ahora parecemos una ciudad selvática, aunque también en los últimos meses del año, con la neblina matinal y la humedad, podríamos igualarnos al clima no tan grato de Lima. Pero nuestra costumbre, inveterada por cierto, es solo comentar las consecuencias de este verdadero cambio climático, que ha borrado con sus secuelas el denominativo de “Trujillo, ciudad de la eterna primavera”. Para que lleguemos a esta situación, ha contribuido grandemente la irrigación de Chavimochic, que ha cambiado los desiertos que rodeaban a Trujillo, por el sur, con verdes extensiones de tierras cultivables. Esto ha creado un microclima con mayor humedad e incidencia de descargas pluviales. Pero esta obra, tan anhelada por los políticos, no ha beneficiado, directamente a Trujillo, salvo a unos cuantos grupos de poder, que a lo máximo son 4, pero perjudicando la calidad de vida de más de 800 mil habitantes que moramos en esta hidalga ciudad. Según los agricultores tradicionales de Virú, la voracidad de estas grandes empresas, ha propiciado la desaparición de casi todos los pequeños bosques de algarrobos y con ellos la extinción de los apetecidos cañanes. Además, según la lógica y experiencia de estas personas que cultivan la tierra, las sabrosas ciruelas, han cambiado de sabor, porque las aguas del rio Santa, soy muy diferentes a las aguas del rio Virú, que anteriormente servían para irrigar sus tierras. Otro gran problema es que la napa freática de Trujillo, ha subido y con ello los potenciales daños a muchas casas y a Chan Chan. Esta reliquia histórica, única en el mundo, también ha sufrido daños, con las últimas lluvias. De continuar estas descargas pluviales, el destino de Chan Chan estaría sellado. Esperamos que las autoridades respectivas, tomen cartas en el asunto inmediatamente y no esperar al ultimo momento, que puede ser solo para lamentarnos de una perdida invalorable, para todos nosotros y para la humanidad. Por eso es indispensable que cualquier tipo de proyecto, que de paso a inversiones, debe tener un verdadero estudio sobre el impacto ambiental, para asi por lo menos minimizar los efectos negativos sobre el medio ambiente, que toda obra humana, trae consigo.
Otra cuestión que debemos tener en cuenta, es analizar las causas de cualquier evento u obra y no solo ver sus consecuencias. Este ejercicio mental, es necesario, si queremos ser protagonistas de nuestro futuro y del de nuestros hijos.
Por Manuel J. Villanueva
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