lunes, 12 de enero de 2009

El cerebro: Una máquina eléctrica

Los seres humanos pensamos, usando el cerebro, pero como hacemos esta inigualable función, es quizá una de los más grandes enigmas de la naturaleza. A pesar que los años 90, fueron llamados “la década del cerebro”, con la finalidad de incentivar el estudio de esta prodigiosa parte del cuerpo humano, poco es lo que se ha avanzado en el conocimiento profundo del mismo. Por eso los especialistas en Cibernética, la llamaron la caja negra, porque no se sabe con propiedad, como es que se realizan las funciones cerebrales. Los misterios de esta caja negra, llamaron la atención, en la antigua Grecia, de Aristóteles, Platón, Hipócrates y Pitágoras. Estos y otros sabios de ese tiempo, consideraban que la psiquis, estaba organizada en 3 almas. Pero se tuvo que esperar muchos siglos, hasta que el genial francés René Descartes, en el siglo XVII, dio las primeras ideas en que se basaron las investigaciones posteriores sobre el cerebro, lo que se puede resumir en su famosa frase: Pienso, luego existo. Esta epopeya del estudio del cerebro continúa hasta nuestros días. Se han elaborado una serie de “mapas” del cerebro, por generaciones de científicos e investigadores, para penetrar en el conocimiento de este prodigioso órgano, con la finalidad de “hallar”, la ubicación de la conciencia, donde se ocultan los talentos, como fluye en pensamiento, la localización de la memoria y como se general los males mentales y las tendencias. Muchos hombres de ciencia aportaron algunas ideas sobre el cerebro, tales como Gall y su aporte a la frenología, Sechenov y los reflejos cerebrales, Ivan Pavlov y su teoría sobre los reflejos condicionados, hasta los estudios cibernéticos, iniciados por Norbert Wiener hasta nuestros días. Pero falta un camino largo por recorrer, para realmente conocer el origen y las causas de las funciones cerebrales y porque se producen una serie de desordenes y enfermedades, llamadas mentales. Es en esta área que para dar una respuesta aunque sea aproximada, los científicos, trabajan arduamente, a través de grandes laboratorios de investigación, para poder encontrar fármacos que curen o alivien una serie de enfermedades mentales, tales como la esquizofrenia, los desordenes bipolares, la depresión, la ansiedad, la migraña, el mal de Parkinson y del Alzheimer. Todas estas enfermedades están en constante aumento y afectan a un alto porcentaje de la población mundial, incluido nuestro país. El origen de estas enfermedades puede ser genético, familiar, económico y social. Es en las aéreas familiar y social, donde se tiene que cambiar de enfoque, pues existe una verdadera deshumanización, que provoca soledad y falta de comunicación afectiva. Todos los fármacos que hay en el mercado, tienen muchas posibilidades de por lo menos aliviar estos males, pero también afectan negativamente a otros órganos. Por eso, un investigador norteamericano, Robert Fischell, ha diseñado un adminiculo, que aprovechando las propiedades eléctricas del cerebro, podría curar los desordenes bipolares, la depresión, la migraña y los males de Parkinson y Alzheimer. Según Fischell, este artefacto, de tener éxito, después de hacer y confirmar su efectividad, en las pruebas previas a su introducción, curaría las citadas enfermedades sin producir los indeseables efectos secundarios, de los fármacos en vigencia. Este dispositivo electrónico computarizado, podría fijarse en la parte exterior del cráneo y mediante pulsos eléctricos, conectarse en circuitos con los que se enlazan las neuronas cerebrales y así, producir mejoras en la salud de pacientes con desordenes mentales. El citado dispositivo será programado, de acuerdo a la enfermedad a tratar y enviar las correspondientes señales eléctricas, que estimularan las deficiencias existentes en los circuitos neuronales. Según Robert Fischell, cuando se trabaja con señales eléctricas centradas en el cerebro, estas no afectaran negativamente a otros órganos del cuerpo humano, tales como el corazón, los pulmones, los riñones o el estomago.
Quizá esta sea la tendencia del futuro, en el área médica: Usar dispositivos electrónicos programables en lugar de pastillas. Sin embargo todavía este futuro no esta tan cercano, pues se planea su difusión y venta para dentro de 10 años. Pero es una respuesta innovadora a una serie de enfermedades no solo mentales sino de otros órganos del cuerpo humano.
Por Manuel J. Villanueva

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