lunes, 19 de enero de 2009

El negocio de los centros de preparacion

Nos estamos refiriendo a los llamados centros preuniversitarios, academias u otra denominación, pero que están orientados a la preparación de los estudiantes que desean seguir estudios universitarios. Para poder hacer este articulo, nos hemos tomado la molestia, de visitar muchos de estos centros y también asistir a una reunión de padres de familia en el CEPUNT de la Universidad de Trujillo. En esa asamblea sugerimos que se cambie la forma de enseñanza mecanicista, por otra, que incida en habituar al estudiante a razonar y entender, los conceptos matemáticos y en la comprensión de lectura. Pero todo ha caído en saco roto. Prácticamente todos estos centros, no tienen la infraestructura adecuada, para este tipo de enseñanza. En cada salón se ubican, como pueden más de 50 o 70 alumnos, lo cual es antipedagógico, pues el número adecuado es solo de 30 alumnos por aula. Además estas aulas, generalmente no cuentan con carpetas individuales, sino que tienen grandes tablones, que fungen de escritorio y que puede ser para 5 personas, pero en él se ubican, como pueden, 6 u 8 alumnos. Los profesores, que dictan los cursos, no están bien preparados pedagógicamente, pues la enseñanza, no solo consiste en “saber” el curso a dictar sino en la forma de hacer comprender a los alumnos el tema de clase. Por ejemplo en las ramas de matemáticas, física y química, los profesores, no se toman el tiempo necesario para demostrar las nociones, conceptos y formulas que sirven para resolver cualquier tipo de problema. Estos conceptos básicos, no son tan difíciles de entender, pero sirven para resolver cualquier tipo de problemas. Solo se recurre a postular ejemplos complicados, pero que con un entendimiento en que se basan estos problemas, podrían ser fácilmente resueltos por la mayoría de estudiantes. Este tipo de pedagogía, lamentablemente no se da, en estos centros de preparación. Es decir que solo los alumnos que tienen una buena preparación o disposición a estos temas, pueden comprender a cabalidad los ejercicios. El resto, solo halla como resultado, frustración y aversión a estas importantes áreas del conocimiento, sobretodo en estos tiempos en que estamos inmersos en una revolución científica y tecnológica. Esta realidad, hace que muchos alumnos traten de memorizar los ejemplos y en forma mecánica, resolver los mismos, si tienen la suerte de que se repitan en las pruebas y exámenes de admisión a las universidades. También, se exige a los alumnos, el pago por carnet, por pruebas semanales o periódicas, los cuales, no deberían cobrarse y deberían estar incluidos en el precio total que se cobra por alumno a la hora de ingresar a estas organizaciones. Esta precariedad educativa, donde el afán de lucro esta adelante que la verdadera enseñanza, es una prueba, más del estado calamitoso de toda nuestra educación.
Por Manuel J.Villanueva

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