lunes, 5 de enero de 2009

Politicas incumplidas

Cuando asumió el poder Alan García, anunció con bombos y platillos los planes de austeridad, puntualidad y luego la lucha contra la corrupción. Ninguno de estas políticas, han sido cumplidas. Muy por el contrario, con el tiempo todo estas intenciones quedaron como un recuerdo de lo que significa un gobierno sin planes ni coherencia en el actuar. En cuanto al plan de austeridad que limitaba los sueldos de todos los funcionarios públicos empezando por el presidente, este ha sido borrado por la terca realidad. Hace dos meses los congresistas se aumentaron el sueldo a mas de 22 mil soles y recientemente el ministro de Economía Luis Valdivieso y el presidente, hay aprobado el incremento de sueldos de los ministros de estado, dando una pésima señal política, en momentos que nos enfrentamos a una severa recesión mundial. La población tiene que ver esta medida, como una burla mas, en cuando al cumplimiento de lo prometido y es lógico pensar que todos los funcionarios del estado, tengan que impulsar aumentos de sueldo. Es que no se predica con el ejemplo, que es la mejor forma de ser coherente en política. Igualmente el tan publicitado plan de la puntualidad, ha quedado en el olvido. Casi todas las autoridades, municipales, regionales o nacionales, hacen caso omiso a esta buena idea de la puntualidad. Los eventos y festividades oficiales, casi nunca empiezan a la hora señalada en los programas. Esto incomoda a los que tienen el hábito de la puntualidad. Pero los altos funcionarios, que tienen que dar el ejemplo, casi siempre llegan tarde a la cita programada. En el plan anticorrupción, el gobierno, no ha pasado de algunas poses y gestos demagógicos, como la creación de la fenecida ONA (Oficina Nacional Anticorrupción). También en esta área, el gobierno no quiere tener un funcionario independiente en la Contraloría. Más bien el ejecutivo impulsa la designación de una funcionaria, muy afín al ex ministro de la producción y aliado intimo de este régimen, Rafael Rey. Esta designación seria contraproducente y estaría en contra de lo que propugnaron los miembros de este régimen en la campaña electoral. Es decir ofrecieron que la persona encargada de la Contraloría, fuera elegida por el congreso a través de una terna, seleccionada por la oposición. Todos estos hechos afectan la moral pública y gestan una serie de actitudes en la población, que pueden desembocar en protestas y también en el desencanto y desaprobación a toda nuestra clase política. Estamos presenciando una gran burla y poca seriedad con el pueblo. Nuestra democracia es incipiente y es un deber del gobierno, apuntalar a este sistema, a través de señales de coherencia y pedagogía política. Es hora de pensar en el largo plazo y dejar de lado el oportunismo y las poses políticas, que dan réditos en el corto plazo, pero son perecederas, como las pompas de jabón.

Por Manuel J. Villanueva

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