jueves, 22 de enero de 2009

Influencia moral y disciplina

Toda sociedad u organización, cuyos líderes predican con el ejemplo, basado en los valores morales y que hacen cumplir las normas y políticas, apelando a la disciplina de todos sus miembros, se convierte, en una sociedad u organización, sana, armónica y que tiene posibilidades de alcanzar sus metas u objetivos. Un ejemplo de este tipo de organización, es la Defensoría del Pueblo, cuyos miembros, cumplen con sus deberes, sin tener en cuenta las presiones, que pudieran dimanar del poder político. Lamentablemente esto no se da en las demás instituciones del estado, empezando por el Tribunal Constitucional, los jueces y vocales del Poder Judicial o los congresistas, que siempre anteponen a sus deberes, el interés político partidario, para favorecer al gobierno o sus allegados.
El caso del nombramiento de la contralora, impuesta por el presidente, es una muestra de la falta de valores. La persona designada, no tiene título profesional acreditado en Ingeniería Industrial, sin embargo, de acuerdo a las informaciones que son de público conocimiento, ha firmado como tal, cuando ocupaba un cargo público, en este gobierno. Esto es muy grave y atenta contra la influencia moral, que tiene que ser el espejo en que nos miremos todos los peruanos, pero que debe partir de los personajes que nos gobiernan.
El reciente mega caso de corrupción, de los petroaudios, ha pasado al olvido y prácticamente todos los potenciales involucrados, donde se encuentran muchos políticos y personas allegadas al actual gobierno, han salido libres de polvo y paja. Esta forma de hacer política, afecta la moral pública y provoca un rechazo de la opinión pública. Es decir se apela a la mala memoria de los peruanos, para que estos graves hechos no tengan la resonancia debida. Los llamados psicosociales o cortinas de humo, están a la altura de estos escándalos. Es decir se usan estas formas de distorsión, para ocultar o desviar la atención pública y así evitar la sanción a los involucrados en actos de corrupción.
Si a esto agregamos, la falta de disciplina de casi todos nosotros, empezando por los que deben dar el ejemplo, completamos un cuadro no tan positivo, para poder crecer y desarrollarnos. Por no practicar este valor que encierra la disciplina, somos incumplidos, hacemos lo que nos plazca, aunque esto afecte a los demás, no respetamos el medio ambiente y si tenemos poder, nos creemos dueños de la situación y muchas veces abusamos de esta situación. Por eso en tiempos de la antigua Roma, siempre se les hacia recordar a los grandes líderes civiles y militares, que son mortales y que el poder es efímero, para que pisen tierra y sean realista. En nuestro país, hace falta una buena dosis de modestia y realismo para los que tienen poder. Este sería una buena forma de procurar y fomentar la influencia moral y la disciplina a toda nuestra sociedad.
Por Manuel J. Villanueva

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