La inteligencia económica y el chuponeo
El mundo de los negocios a nivel mundial, donde la lucha por el mercado, es una guerra sin cuartel, es el reino de las grandes corporaciones, ahora tan venida a menos por el colapso económico financiero que estamos viviendo. Esta guerra comercial, que tiene casi todos los elementos de una guerra entre ejércitos, basan sus estrategias en el uso del espionaje industrial, con la finalidad de sacar a sus rivales del mercado, cueste lo que cueste. Las grandes empresas, cuentan con grupos de personas y equipos electrónicos de última generación, para hacer el monitoreo y seguimiento de las operaciones de su competencia. Cualquier tipo de información importante de la competencia, que tengan que ver, con los planes de producción, expansión, innovación, nuevos productos y estrategias de marketing, son presas muy codiciadas y para conseguirlas, las empresas rivales, recurren a todos los medios, sobre todo los que se cocinan entre bambalinas y en un total secreto. Para este fin no hay ningún tipo de barrera moral o ética, que impida estas acciones, pues lo que cuenta es conseguir la información, para hacer las contramedidas y anular o neutralizar a la competencia. Es muy probable que en el escándalo de los petrogates, los rivales de la empresa favorecida, hayan recurrido al uso de detección electrónica o chuponeo, para saber cómo operaba la empresa favorecida dolosamente y con la información conseguida hacer la evaluación y difusión respectiva, en caso de perder la licitación, tal como ha ocurrido. Estas prácticas como son muy reservadas, rara vez salen a luz, como en este caso. Pero el mundo de los negocios suele recurrir a estas acciones, que están reñidas con la transparencia y la ética. A veces, por ejemplo en el caso de la agroexportacion, se infiltra algún tipo de bacteria o plaguicida en los containers de uvas de una empresa rival, para desprestigiarlo entre sus potenciales clientes y asi ganar esta franja de mercado. Por eso es necesario contar con equipos y controles que minimicen estos actos dolosos de parte de la competencia. También se recurre a desprestigiar a la empresa y a sus ejecutivos, para dejarlos mal parados ante sus clientes. Otra forma es reclutar a los ejecutivos de la competencia para que trabajen en la empresa interesada en destruir a sus rivales o también se puede sobornar a un ejecutivo para que pase la información y así adelantarse a las acciones que pueden ser vitales para afianzarse y ampliar su presencia en un determinado mercado. Es que el ansia de crecer, ganar más y tener mejor rentabilidad, hace que se usen este tipo de medios, que como la estrategia ya no solo pertenecen al ámbito militar. Hay que tener siempre presente que a menos que cambie la forma de hacer negocios estas medidas llamadas de inteligencia económica, estarán siempre vigentes.
Por Manuel J. Villanueva
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