Educacion y tecnologia

Es sabido que nuestro país ocupa los últimos lugares en comprensión lectora y razonamiento matemática a nivel latinoamericano, siendo Cuba, la que ocupa los primeros lugares, en estas áreas. Esta realidad, no se puede soslayar con el uso masivo de computadoras personales, pues estos dispositivos electrónicos, son solo herramientas o medios, que para ser bien aprovechados tienen que estar soportados por una educación de calidad. Es decir las computadoras son los lápices y hojas electrónicas, que por sí mismas no significan mucho ante el reto de comprender lo que se lee y razonar lógica y matemáticamente, que son las llaves que nos abren las puertas del conocimiento universal, en medio de la revolución científica y tecnológica, que atravesamos. Por eso es impostergable que el gobierno fomente una educación que incida, en primer término, en estos temas: Lenguaje y Matemáticas, para salir del atraso educativo en que nos debatimos por décadas. Es en este sentido que la matriz conformada por los maestros, alumnos y padres de familia, debe ser priorizada por el estado ya que son insustituibles, en el proceso educativo. Para tal efecto podemos referirnos a otras realidades como por ejemplo Finlandia, donde su sistema educativo, es uno de los mejores del mundo, gracias al apoyo y decisión de las políticas gubernamentales en este importante campo. En Finlandia, la pirámide de salarios entre todas las profesiones, las lideran los maestros de todos los niveles educativos, al contrario de lo que sucede en nuestro país. En esta hora de crisis financiera y ecológica que compromete a todos los países, una salida seria es apostar por la educación basada en principios morales, ecológicos y tecnológicos. Lo que demanda nuestra sociedad, es tener ciudadanos comprometidos con nuestra realidad, que destierren el cáncer de la corrupción, respeten el medio ambiente, apuntalando un desarrollo sustentable, creando valor agregado a toda nuestra producción de bienes y servicios y minimizando la contaminación ambiental. También se requiere que cambiemos de modelo económico que solo busca la explotación irracional de nuestras materias primas sobretodo minerales y gas, para crear una economía trasparente y sustentable en el tiempo. Este valor tiene que estar directamente enlazado con el conocimiento. Ningún país, ha salido de la pobreza y el subdesarrollo produciendo solamente materias primas. Por ejemplo Sud Africa, que es el primer productor de oro y diamantes, continúa siendo un país pobre y subdesarrollado. Pero por ejemplo, Corea, que hace 50 años era más pobre que el Perú, ahora goza de un alto nivel de desarrollo, debido a que sus gobiernos tuvieron como objetivo, mejorar su sistema educativo, para crear una masa crítica de científicos, ingenieros, obreros calificados y administradores, que crearon las condiciones necesarias para su impresionante despegue industrial y tecnológico. Esto ha traído consigo que Corea nos supere largamente en desarrollo económico y en ingresos perca pita. Este es el camino que tiene que seguir nuestro país, para poder salir de la pobreza y el subdesarrollo. Es necesaria la inversión extranjera u nacional, pero no solo para explotar nuestros recursos, en forma primaria, sino para transformarlos en bienes con alto contenido tecnológico, producido por el conocimiento de nuestros profesionales. En suma hay que efectuar una verdadera revolución educativa que contemplo todos los estamentos, desde la educación inicial hasta el nivel universitario. En este nivel hay que propiciar la investigación básica y aplicada, para crear tecnologías y conocimientos. Por eso es indispensable que se incremente los presupuestos de las universidades, para dotarlos de laboratorios de última generación y atraer a los científicos peruanos, con buenos salarios y otros incentivos, tal como lo hacen otros países. Si realmente queremos salir de las crisis educativa, financiera y ecológica que enfrentamos en la actualidad, es necesario que se inicie una verdadera cruzada educativa, pues estas crisis nos pueden afectar por muchos años y pueden traer consigo inestabilidad política, social y económica.
Por Manuel J. Villanueva