Del extractivismo al conocimiento

Con la tremenda crisis que esta experimentando Europa, donde varios países están en serios problemas económicos y en recesión, los políticos de esa zona, especialmente España, apuestan por pasar a una economía de conocimiento. Esta economía, debe basarse en la Investigación, Desarrollo e Innovación, para encontrar los factores que hagan al país ibérico, mas competitivo y que añadan valor a sus productos. Esta política de cambio de rumbo de sus economías, se pueden cumplir, con un incremento sustancial de inversión en Investigación y Desarrollo, que tienen que realizar las universidades. Es la única forma de contribuir a crear conocimiento. Las Universidades, deben tomar el liderazgo en estas actividades, que son de suma importancia, pues en ellas se alojan la inteligencia de miles de jóvenes, que estudian y que pueden realizar investigación innovadora. Esta forma de pensar en el desarrollo, es prioritaria en nuestro país. No pensemos solo en alentar inversiones extrativistas, como la minería, cuyas tecnologías, son producidas a través del equipamiento en los países industrializados. Una operación minera de grandes proporciones, como por ejemplo el proyecto Conga y otros proyectos, se fundamentan en los equipos hechos en el exterior y de difícil o imposible acceso para producirlo en nuestro suelo. Pero si nuestras universidades, se dedican principalmente a producir conocimientos, entonces se sentarían las bases para innovar y producir una serie de productos aprovechando nuestra diversa materia prima. Solo en el caso del oro, por ejemplo, podríamos producir orfebrería industrial, con alto contenido de creatividad, para venderlos en los mercados afluentes. Se conoce que la producción de oro, en un 70% es dedicada a la manufacturas de joyas a nivel mundial. Esto quiere decir que si hacemos esto realidad, solo necesitaríamos producir solo 10 toneladas métricas de oro al año para obtener las mismas utilidades que ahora obtienen las mineras con 200 toneladas en el mismo periodo y causando gran contaminación y desasosiego en las poblaciones aledañas a los yacimientos auríferos o cupríferos. Lo mismo podría suceder con el cobre. Este metal es utilizado en la industria automovilística, electrónica y en redes de agua de las grandes ciudades de los países ricos. Igualmente, con el 30% de la producción de cobre, dando valor agregado, a este metal, podríamos conseguir los mismos retornos que ahora se hacen pero con grandes cantidades del metal rojo. Todo este proceso industrial, que nos es ajeno, lo hacen los países desarrollados, pero usando nuestra materia prima. Igual sucede con los hidrocarburos. Por ejemplo, el barril de petróleo vale 100 dólares, pero si lo transformamos en plásticos, este barril, alcanzaría el precio de 1200 dólares, es decir subiría el precio 12 veces gracias a su transformación industrial. Todo esto se puede realizar con todo tipo de materias primas y creando cientos de miles de puestos de trabajo bien remunerado y atenuando significativamente el deterioro ambiental. El conocimiento es la mejor fuente de riqueza potencial que tenemos y que se aloja en los cerebros de todos los peruanos, especialmente los jóvenes. Por eso el gobierno debe apostar por este cambio cualitativo en la economía, con el fin de asegurar nuestra desarrollo social armónico, nuestra independencia económica y también reducir la ancha franja que separa a los que tienen mucho de los que no tienen nada. Por Manuel J. Villanueva Ingeniero Electronico