martes, 8 de mayo de 2012

Sobrepesca y contaminación

Corrían los años 60 del siglo pasado y en nuestro país, se experimentaba el boom de la pesca, sobre todo de la anchoveta. Este pequeño pez, era horneado en millones de toneladas para producir harina, destinada a la exportación. Era para engordar chanchos y vacunos de las granjas europeas principalmente. Pero este saqueo marítimo provoco en poco tiempo la disminución de la biomasa de anchovetas y las principales víctimas fueron los pelicanos. Se los podía ver merodeando los mercados en busca de su alimento preferido. El mar no tenía suficiente anchoveta para estas aves marinas, por la sobrepesca irracional. Pero nadie protestaba por esta acción depredadora del hombre, pues daba trabajo bien remunerado a miles de personas y enriquecía a unos cuantos, tal y como siempre ha sucedido con nuestros recursos naturales, tales como el guano, el caucho y los minerales. Todas estas actividades son extractivas, materias primas sin ningún valor agregado. Ahora sucede que en pleno siglo XXI, después de casi 50 años de este desastre ecológico en nuestro mar, miles de pelicanos han sido hallados muertos en nuestras playas, principalmente por falta de peces. Este desabastecimiento se debe básicamente a la sobrepesca de muchas especies pesqueras tales como la mencionada anchoveta, la merluza, el bonito y otras especies de peces y mariscos. Este triste espectáculo, que creemos solo sirve para la nutrir de noticias a los medios, también viene acompañado con la mortandad de miles de delfines, pero en este caso, por causas relacionadas con la contaminación de nuestro mar. Muchos creen, que la muerte de los delfines, está relacionada con la perforación de pozos de prospección petrolera en la costa norte del país. Es que no hay una verdadera política de preservación de los recursos del mar. No existe el debido control, para evitar que los pescadores, sobre todo las grandes flotas pesqueras que operan en nuestro mar y son de origen extranjero, pesquen en forma desmesurada. Es decir se debe poner coto a la pesca depredadora, que arrasa con las especies marinas sin importarles su preservación. Se debe evitar la pesca de piezas que no tengan la madurez necesaria, para que el ciclo de vida se cumpla, en cuanto a su reproducción. También se debe fiscalizar la contaminación de los ríos y los vertederos. Casi todos los ríos costeños están contaminados, básicamente con relaves mineros y basura. El rio Moche, parece un acueducto de aguas servidos. Este rio es castigado casi en todo su trayecto, con los relaves de las minas que operan en sus cercanías y sirve de botadero de basura, cuando discurre cerca de Trujillo y otras ciudades. En esta realidad, la tan famosa riqueza de nuestro mar, que era deseada por muchos países, está en cuestión. Sería muy pertinente que los ministerios de la producción y agricultura, hagan un inventario de la realidad actual, para saber con certeza, el estado de muchas especies. Parece que es necesario, declarar una moratoria, para la pesca de las grandes flotas y tomar medidas, de control, para evitar la pesca de piezas en proceso de maduración. También nuestras playas deben ser controladas para que las riquezas que en ella se alojan, tales como los celebres muy muys, desaparezcan. Debería haber zonas prohibidas de playas, para que en ellas no se realicen actividades usando una serie de transportes de ruedas y también para que no acampen los bañistas en estas areas de playa. Si no se toman acciones de protección de nuestro mar, su entorno, su flora y su fauna, todas estas riquezas que deberían servir de sustento a nuestra población ahora y en el futuro, se extinguirán para siempre. Estos recursos, que deberían ser renovables, se tornan a la luz de esta irracional explotación en no renovables y el mar, se convertiría en una verdadera cloaca. Es hora de actuar, con firmeza y con proyección de largo plazo. Por Manuel J. Villanueva Ingeniero Consultor

1 comentario:

Anónimo dijo...

Un articulo muy interesante, comparto su opinion.