jueves, 12 de abril de 2012

La terca resistencia al cambio

Según muchos estudiosos de la conducta humana, el comportamiento general, es rechazar alguna idea nueva que aparezca en nuestro mundo cognitivo. Unas veces se adopta esta actitud, por miedo al cambio, la incertidumbre que nos pueda ocasionar, comodidad y seguridad que aparentemente tenemos con nuestros paradigmas vigentes o por intereses económicos. Esto viene a colación, por la conducta casi general, de tratar de obviar el cambio climático vigente y que es causado por el despilfarro de nuestros recursos, cuyas utilidades van a parar en los bolsillos de unos pocos. Esta terca resistencia al cambio, se ha dado en toda época y es famosa por ejemplo, el rechazo que tuvo la confirmación de que nuestro planeta Tierra, era uno más dentro del sistema solar. Esta afirmación científica hecha por el genial polaco Nicolás Copérnico en el siglo XVI, cuando por esos tiempos éramos conquistados por los españoles, fue rechazada por casi toda la sociedad incluyendo algunos hombres de ciencia de esa época, que se aferraban a la idea Ptolomeica, basada en su teoría Geocéntrica. Es decir según Claudio Ptolomeo, hombre de ciencia del siglo II de nuestra era, nuestro planeta era el centro del universo y también por esos años se creía que la tierra era plana y que en sus límites, existían abismos poblados de una serie de animales monstruosos. Copérnico, que vivió en la época renacentista europea, tuvo temor de publicar sus descubrimientos científicos, que iba a contradecir lo usualmente aceptado por los grandes poderes del renacimiento, entre los que destacaban la Iglesia y las monarquías. Decir que la tierra, era solo un pequeño planeta que giraba en torno al sol, era considerado una blasfemia. Pero Copérnico, demostró una verdad científica, que sentó las bases para el desarrollo de la física, la astronomía y toda la ciencia en su conjunto. Ahora, en pleno siglo XXI, también se trata de enfrentar la verdad científica, relativa al calentamiento global. Este rechazo, que en la mayoría de los casos es interesado, proviene de los grandes intereses económicos mundiales. Para desacreditar esta verdad, estos intereses cuentan con una gran maquinaria mediática, lobbystica y política, que tratan de desinformar a toda la opinión pública. Pero como dice Ralph Siciliano, presidente de la Academia de Ciencias de los Estados Unidos y especialista en Ciencias de la Tierra, el calentamiento global, producido por el hombre, es una verdad científica insoslayable. Este sabio y otros hombres de ciencia, demandan a la clase política, empresarial y a los medios, a tomar medidas urgentes para paliar los potenciales desastres ecológicos que se producirán y agudizaran si no se cambia de modelo económico a nivel global. Es decir reclaman de todos nosotros a no adoptar la política del avestruz, que consiste en esconder nuestra cabeza para no ver lo que está pasando a nuestro alrededor. En esta conducta, también se da la clásica resistencia al cambio. Creemos que los efectos del cambio climático, no nos afectaran y no es necesario hacer nada al respecto. Los políticos y los grandes intereses económicos manejan estas hipótesis en su beneficio a corto plazo, sin tener en su accionar una pequeña dosis de responsabilidad y honestidad. Las decisiones de este tiempo para atenuar las consecuencias de este fenómeno climático, parten de construir una agenda política, económica y empresarial, que tenga presente al cambio climático. Es alucinante, ver que este evento, solo es mencionado y apoyado siempre que no atente con afectar los grandes intereses económicos que se verían afectados con soluciones que tengan en cuenta esta anormalidad climática. Es hora de los gobernantes, empresarios y medios con liderazgo y visión de futuro.
Por Manuel J. Villanueva
Ingeniero Consultor

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