viernes, 2 de agosto de 2013

La reelección indefinida

Lamentablemente el calendario electoral para elegir un nuevo presidente de la república se ha adelantado tres años. Esto es debido a la angustia y codicia que tiene Alan García, para tentar ser presidente, otra vez, en las próximas elecciones del 2016. Según un conocido sociólogo y politólogo, “Alan se va a aliar con el diablo para volver a ser presidente”. Esta afirmación es contundente sobre la conducta política de una persona que solo piensa en las próximas elecciones presidenciales. Es decir que los valores y principios que debe tener un estadista verdadero, quedan en un segundo plano con tal de conseguir un triunfo electoral. Si se puede aliar con el “diablo”, es más fácil de hacerlo con los fujimoristas, que fueron sus enconados rivales, hasta hace poco. Para cumplir con este objetivo Alan García, no pierde ocasión para criticar al actual gobierno por cualquier cosa. Hace poco salió a decir que Humala no ha realizado obras y que por ejemplo el nuevo Hospital del Niño, recién se ha inaugurado, cuando todo el mundo conoce que este nuevo local, fue entregado por García, sin ningún tipo de equipamiento hospitalario. Recién en estos dos años, se cumplió con dotarlo de toda la infraestructura de controles, equipos y otros bienes de capital, para que pueda operar eficientemente. Todas estas críticas de García al actual gobierno, son desmesuradas y dicen mucho de su calidad de político. Según el primer ministro hay 1700 millones de soles dejados por el anterior gobierno en obras inconclusas. Por haber ocupado el alto cargo de presidente de la república, dos veces, García, debería mantener la altura y serenidad necesarias, para no entrar en las críticas menudas a la acción de Ollanta Humala. En este caso, se cumple el dicho, “el que habla y escribe mucho, se equivoca también muchísimo”. Es que muchas de sus afirmaciones son desmentidas por la realidad o por sus oponentes políticos, dejándolo muchas veces en ridículo. En este aspecto García se comporta como un verdadero político tradicional, que puede aferrarse a cualquier tipo de alianza, con tal de ser candidato en las próximas elecciones. Se sabe que en nuestro país, casi no existen verdaderos partidos políticos. Inclusive el Apra, sin García, solo representa un 4% del electorado. El PPC, es un partido tradicionalmente capitalino y las huestes de Toledo están totalmente menguadas. El fujimorismo, es un partido caudillista cuya fortaleza descansa en las obras que hizo Alberto Fujimori, durante sus diez años de gobierno. Si bien Fujimori, puede vanagloriarse de que nos saco de la hiperinflación y enrumbo la economía peruana, también es cierto, que lo hizo a costa del sufrimiento de miles de peruanos, que fueron despedidos de sus puestos en las empresas públicas que fueron privatizadas. Además su gobierno estuvo plagado de muchos actos de corrupción, violación de los derechos humanos y una gran contaminación ambiental. Por su parte Alan García, tiene que enfrentar actualmente serios cargos de corrupción perpetrados por la ejecución de miles de los llamados narco indultos. Según García estos indultos fueron prolijamente revisados por el mismo. Esta afirmación, lo compromete aun más y puede ser encausado por estas actividades dolosas. Quizás por eso Alan García, busca estar en vigencia dentro de la política menuda, para crear cortinas de humo que neutralicen las probables acusaciones en su contra. Otro aspecto a tener en cuenta es que la historia del Apra. Este partido se ha unido con sus enemigos políticos de acuerdo a sus intereses. Esta práctica está vigente desde la década de los cincuenta del siglo pasado, cuando el partido de la estrella se unió a los odriistas y pradistas. Pero ahora al parecer surge una nueva forma de hacer política, donde las redes sociales juegan un papel muy importante. El uso de estos medios, han eliminado la verticalidad de la información sobretodo política. En este campo son los jóvenes los que tienen la última palabra, con sus protestas en contra de la repartija pero también contra los actos de corrupción hechos por muchos políticos. En nuestro país está surgiendo un interesante colectivo que tienen sus comunicaciones a través del facebook, tuiter y otros medios electrónicos. Esta es una tendencia mundial, cuyos símbolos son los indignados europeos y árabes o los ocupas norteamericanos Estos movimientos han permitido el cambio de varios gobiernos como el Túnez, Libia y Egipto. Recientemente han salido a las calles a protestar por la repartida, la falta de coherencia de los políticos y los actos de corrupción. Es que la clase política tradicional está muy desprestigiada y sus componentes son personas de más de 60 años. La juventud crítica exige un cambio generacional de verdad para que se renueve la añosa dirigencia que todavía está vigente. Dentro de este panorama, va a ser muy difícil que Alan García, pueda constituirse en un candidato de fuste en las próximas elecciones presidenciales. Es decir la reelección definitiva, puede llegar a su fin, en beneficio de nuevas figuras políticas de todos los colectivos, que seriamente quieran cambiar para bien al país. Por Manuel J. Villanueva Consultor Internacional Blog: www.majevic.blogspot.com

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