domingo, 18 de agosto de 2013

Tiempo de vacas flacas

En tiempos bíblicos, el soñador José, hijo de Jacob, interpreto el sueño del Faraón, sobre 7 vacas gordas y 7 vacas flacas. Según José, eran 7 años de bonanza para Egipto y luego 7 años de hambruna y desamparo. Por eso el Faraón, hizo que en los tiempos de bonanza, se almacenara el trigo y otros alimentos, para soportar los años de malas cosechas y de plagas. Esto viene a cuento con las recientes declaraciones de Ollanta Humala, sobre la crisis económica mundial. Esta crisis ya llego a nuestras fronteras y nos afectara de todas maneras. Es decir se inicia el tiempo de las vacas flacas en nuestro país, pero felizmente hay muchas reservas económicas para poder sobrellevar esta crisis que es endógena. Pero lo que más llama la atención es la forma en que muchos políticos, como Alan García y Keiko Fujimori, que están en campaña electoral anticipada, salgan a decir que no hay crisis. Inclusive García, afirma que no hay crisis económica mundial, lo cual es algo que ningún economista serio puede decir. Pero el asunto de esta crisis económica, era un problema potencial, que muchos creíamos que iba a tocar nuestras puertas, porque la gran bonanza que hemos tenido, se debió a la gran demanda de nuestras materias primas, sobretodo los minerales, como el oro, la plata, el cobre, el zinc y el plomo. Todos estos commodities, estaban con precios muy altos en el mercado mundial, debido a la fuerte expansión económica de los países ricos, especialmente China. Pero el gigante asiático, está soportando una gran contracción en sus exportaciones de productos terminados que usan nuestros minerales. Es decir los chinos, nos compran menor cantidad de minerales. Su demanda ha disminuido y con ella ha mermado el precio del oro, cobre, plata y otros minerales. El ciclo económico de expansión y contracción, se cumple actualmente pero con mayor frecuencia lo que nos lleva a soportar este tipo de crisis. Según declaraciones del primer ministro Juan Jimenez, el énfasis del gobierno será invertir en obras de infraestructura, para paliar esta situación. Pero esta realidad demuestra nuestra gran dependencia a lo que sucede en el exterior. Es decir somos muy dependientes a las fluctuaciones de precios de nuestros productos de exportación. Siempre hemos tenidos bonanza a lo largo de nuestra historia republicana, por las exportaciones del salitre, guano, caucho, petróleo y minerales, para luego caer en una gran depresión. Todo esto sucede por no tener el dominio de los precios y la demanda de lo que tenemos. Por eso ahora es tiempo de cambiar el modelo económico extractivista por otro que de valor agregado a todas nuestras materias primas. Felizmente tenemos una serie de actividades económicas que pueden ayudar a revertir esta crónica situación. Por ejemplo, incentivar aun más la oferta turística para atraer 6 millones de visitantes, lo cual dejaría una apreciable cantidad de divisas y daría empleo a decenas de miles de peruanos. También se debe incentivar a todo el universo de las PYMES, con la finalidad de dar más calidad a sus productos y servicios, porque son las principales generadoras de crear trabajo. Esto pasa por brindarles consultorías, mejorar el financiamiento y entrenar a todos el personal en las labores especificas de sus respectivos rubros. Además se debe crear empresas para fabricar orfebrería de oro y plata, tal como lo hacen en la India. De esta forma nuestros metales preciosos, tendrían un precio 20 veces mayor en promedio que exportándolos como simples metales. Igual se puede hacer con el cobre. Este metal es muy demandado para usarlo en electrónica pero sobretodo como tuberías sin costura para los sistemas de agua de todas las casas y edificios que se construyen permanentemente en China, Estados Unidos, Japón, Corea y Europa. También el cobre es requerido en la industria automotriz, aviación y coheteril. Dándole valor industrial al cobre su precio será muy superior al disminuido precio como metal. Es decir debemos mitigar la crisis, con el aporte de trabajo innovador peruano, para no mal baratear a nuestros recursos que no son renovables. Con esta visión, nuestros minerales se extraerían en menor cantidad, pero tendría un valor mucho mayor como productos procesados y se evitaría una mayor contaminación ambiental. Por Manuel J. Villanueva Consultor Internacional Blog: www.majevic.blogspot.com

No hay comentarios: