viernes, 9 de agosto de 2013

Cambio climático y seguridad alimentaria

Si ponemos un sapo en una olla hirviendo, este anuro saltara inmediatamente para no quemarse, pero si lo introducimos en una olla con agua fría y calentamos gradualmente, el desafortunado sapo no hará nada por salir de este suplicio, porque se habrá acostumbrado al agua hirviendo hasta que finalmente morirá. Esto al parecer, le está pasando a los seres humanos con este evento dramático que es el cambio climático. Haciendo un paralelo, nuestra especie humana, se está acostumbrando a los fenómenos atmosféricos y climáticos que se producen, en forma anormal pero sostenida. Es decir las fuertes inundaciones, las olas de calor, las sequias inusuales, la desaparición de especies, las consideramos como algo normal. Pero llegara un momento que estos fenómenos sean como el agua hirviendo, para el sapo, y nos conducirán a nuestra desaparición como especie. Es que casi nadie con poder quiere tomar las decisiones correctas para evitar más catástrofes no solo a la humanidad sino a todo ser vivo que existe en el Planeta. Esto es muy serio porque las personas con capacidad de decisión, conocen muy bien la profundidad del cambio climático, pero no toman las debidas acciones, por cálculos de intereses políticos y económicos. Es que la solución para este evento provocado por el hombre, pasa por una transformación radical de la forma en que viven principalmente los habitantes de los llamados países ricos. Dentro de las catástrofes que provoca el cambio climático, esta la desaparición en un plazo mediato de las abejas. Esta noticia ha salido en primera plana en la influyente revista norteamericana Time. Las abejas son las gestoras de la polinización de miles de especies vegetales y de la producción de miel que es usada en la gastronomía norteamericana. La causa de su desaparición es el uso intensivo de productos químicos tales como herbicidas, pesticidas, monocultivos y semillas genéticamente modificadas. Es que la Naturaleza es heterogénea y variada, al contrario de la visión del hombre que trata de homogenizar todo en función de los rendimientos económicos. En este escenario nuestra civilización corre peligro porque está en cuestión el abastecimiento de alimentos. Esto quiere decir que la seguridad alimentaria para una población creciente, esta reduciéndose a niveles de hambruna. Es que las tierras de cultivo de calidad son limitadas pero las bocas que requieren alimentos crece cada día. Los especialistas en agricultura, saben esta restricción, pero tratan de aumentar la productividad de la tierra usando herbicidas, pesticidas y abonos químicos. Toda estos ingredientes, empobrecen las tierras en forma dramática y la agricultura tiene que enfrentar una serie de problemas, que son los efectos colaterales de esta invasión química introducidas a las tierras de cultivo. Todos los gobiernos del mundo son consientes de estos graves problemas, pero no hacen nada a nivel global por solucionarlos. Para eso usan una serie de explicaciones y escusas, que justifiquen esta triste realidad. Los que más sufren con el cambio climático, son las naciones pobres, como el Perú, porque este evento se intensificara en los trópicos de la Tierra, donde habrán una serie de inundaciones y sequias que reducirán las cosechas de alimentos y harán de todas las sociedades un polvorín, por la escasez alimentaria. Por ejemplo la India, con más de 1000 millones de habitantes, perdería un cuarto de sus cosechas destinadas a productos alimenticios y en China, se perderán casi 40% de toda su producción alimentaria. Estas cifras son muy dramáticas y pueden provocar un desbalance geopolítico y económico en estos dos grandes países. Sin embargo los países ricos, como Estados Unidos y Europa, conocen a fondo este negro porvenir, pero no hacen nada por cambiar esta situación. Maquiavélicamente, piensan que estas plagas solo afectaran a los países tropicales o del llamado Tercer Mundo, pero no a sus habitantes. Para eso están tomando medidas, para impedir las avalanchas de refugiados por hambre que puedan llegar a sus territorios y manteniendo almacenados millones de toneladas de trigo, maíz, cebada y papas, entre otros alimentos esenciales en sus dietas alimenticias. Para poder defenderse los países ricos, mantienen estratégicamente poderosos ejércitos, para hacer frente a cualquier eventualidad de violencia a causa del hambre en el mundo del futuro. Sin embargo estos países desarrollados no las tienen todas consigo, porque su eficiente agricultura, está agotando los ricos acuíferos que todavía existen en sus napas, Además, hay una persistente sequia, que asola el centro sur de los Estados Unidos y las llanuras de Australia. De seguir esta tendencia, estas tierras, antes productivas, se convertirán en verdaderos desiertos, no aptos para la producir alimentos. Otro problema es la producción de biocombustibles, basados en los productos agrícolas. Esto es considerado por muchos economistas y ecologistas, como una real locura. Ahora las tierras solo deben ser utilizadas para producir alimentos y si esta producción es variada y natural, será mucho mejor para el futuro de toda la humanidad. La seguridad alimentaria se ha convertido en un tema de vida o muerte y es de esperar que los políticos con poder cambien la actual situación que no lleva a nuestra desaparición. Por Manuel J. Villanueva Consultor Internacional Blog: www.majevic.blogspot.com

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