viernes, 7 de junio de 2013

Ecosistema emprendedor de Israel

Israel moderno se fundo en 1948, bajo el liderazgo de David Ben-Gurión, en el territorio donde se encuentran los lugares santos de las tres grandes religiones: cristiana, musulmana y judía, pero habitada por árabes palestinos. Las graves heridas del holocausto, donde murieron más de 5 millones de judíos, durante la segunda guerra mundial, convoco la solidaridad internacional, a un pueblo que no tenía un territorio para constituirse como un verdadero país. Desde esa fecha, son noticia frecuente los enfrentamientos cruentos, entre árabes y judíos. Pero Israel ha transformado su economía desde hace 30 años. En sus inicios, los colonos judíos, que en su mayoría eran europeos, tuvieron que cambiar drásticamente de oficio. En Europa, los judíos, fueron los precursores en la producción de servicios. Desde épocas de la diáspora, este pueblo fue forzado a vivir en otros países, donde los naturales, se dedicaban mayoritariamente a la agricultura. Los descendientes de David, que en su territorio cultivaban la tierra, tuvieron que crear una serie de oficios para poder sobrevivir en estos países europeos. Principalmente, tuvieron que dedicarse a ser músicos, profesores, joyeros, contadores, prestamistas, etc., olvidándose de hacer faenas agrícolas. Por eso cuando regresaron a Tierra Santa, cambiaron sus actividades de servicios, para dedicarse a la agricultura en forma colectiva a través de la creación de los Kibutz. Hasta finales de la década del 80 del siglo pasado Israel, se hizo famoso, por su buena producción de naranjas y flores. Estos productos entraron con fuerza en el mercado europeo, compitiendo con las naranjas de California y las flores de Holanda. Pero la gran instrucción de los colonos y la situación de violencia en que vivían, hizo florecer, un sistema educativo de calidad donde destacan la Universidad Hebrea de Jerusalén, cuya primera piedra fue puesta por el sabio Albert Einstein en 1921 y el Technion de Haifa. Esta infraestructura educativa y el apoyo directo del estado judío a los emprendedores han hecho que florezcan una gran industria en un pequeño territorio, del tamaño de Lambayeque. Israel, destina el 6.5% de su PBI, a fomentar la investigación científica y a la educación. Fue en la década del 90, con motivo de la inmigración de un millón de rusos a Israel, donde se potencio la creación de una miríada de empresas de alta tecnología. Los inmigrantes rusos, bien preparados en las ramas de física, medicina, biología, al no encontrar trabajo en este país, se vieron impulsados a generar sus propias empresas de alta tecnología, con apoyo del gobierno. Esto ha hecho que en Israel, exista actualmente miles de pequeñas y medianas empresas, que florecen con mayor nitidez que las flores de un jardín. Casi todas estas empresas se dedican a la producción de bienes y servicios donde el insumo principal es el conocimiento. Sin embargo para evitar la mortandad de la mayoría de estos emprendimientos, el estado apoya financieramente a todas estas organizaciones, para evitar su desaparición y fomentar su crecimiento organizacional. Gracias a esto, Israel exporta 50000 millones de dólares anuales de productos de alta tecnología. Este cifra es el 50% del total de sus exportaciones. Por eso diariamente se crean empresas de alta tecnología, porque saben sus promotores, que cuentan con el apoyo de su gobierno y por tener a la mano jóvenes profesionales muy bien calificados para ayudar a crecer a este tipo de empresas. La nanotecnología, la ingeniería genética, la informática, la robótica, son las organizaciones que priman en este ecosistema emprendedor. Entre los productos que exportan hay una serie de medicamentos para tratar el mal de Alzheimer, algunos tipos de cáncer y procesos nanos tecnológicos para dar mayor valor agregado al oro, la plata, el cobre y otros minerales. Israel además exporta barcos, camiones y diferentes equipos y armas dedicadas al sector militar. También hay que resaltar la estrecha relación que existe entre las universidades y las empresas, que permite poner en valor todos los nuevos conocimientos generados en los laboratorios y centros de investigación de sus universidades. Otra fortaleza de esta política emprendedora judía, es haber atraído a muchas firmas extranjeras tales como facebook, Apple, Google, Intel, entre otras más. En la actualidad también los chinos, tienen interés de invertir en Israel, porque existe una buena masa crítica de científicos, producto de su educación de calidad. Por Manuel J. Villanueva Consultor Internacional Blog: www.majevic.blogspot.com

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Qué buen artículo! Está muy interesante. Muy bien elaborado el artículo.

Anónimo dijo...

Muy interesante este artículo, ojalá el Perú también pueda emprender más en desarrollo de alta tecnología.