viernes, 17 de mayo de 2013

En torno a la comida basura

Quizás la mejor traducción de “junk food”, seria “comida basura” y no “comida chatarra”. Es que personas interesadas en la venta de estos productos, tratan de camuflar el significado real de esta forma de comida, que generalmente se expenden envasada. A muchos consumidores se les pasa por alto el significado de chatarra y de esto se aprovechan los publicitas para hacer la propaganda de este tipo de comidas, que inunda todos los medios, para inducir a la población a consumirla. Lamentablemente los más perjudicados con la ingesta de esta comida son los niños y jóvenes. Esta población, que está todavía en edad escolar, compra papitas fritas, snacks, frituras en general, para consumirlas de manera habitual en los centros educativos a los que acuden. Por eso recientemente el gobierno peruano aprobó una ley que regula la venta y calidad de comida chatarra o basura, a los menores de edad. Es que la experiencia que se tiene sobre este tipo de comidas, es muy negativa. Por ejemplo en los Estados Unidos, la ingesta de esta comida, ha provocado una tendencia casi general a la obesidad de su población menor a los 10 años. En general en el país del norte, la población, tiene que lidiar con la obesidad, que se ha constituido en un gran problema de salud pública. Esto debido a que los norteamericanos, comen generalmente snacks, comida enlatada y bebidas gaseosas. Todos estos productos para asegurar su duración y calidad, usan preservantes. Estos aditivos, son muy perjudiciales para la salud. Muchos especialistas piensan que el masivo uso de estos aditivos, podría provocar una serie de tipos de cáncer, enfermedades cardiacas, problemas dentales y osteoporosis entre otras dolencias. Esta forma de comer, se replica en nuestro país, imitando la dieta de los yanquis, sobretodo en nuestras ciudades. Además la bonanza económica que gozamos hasta la fecha, hace que más gente, evite cocinar, como antes y tenga por dieta los productos tipificados como comida chatarra o basura. En los tiempos pre inca, nuestra población, era mucho más sana que la actual. Esta población, no sufrió de caries dental, casi toda su dentadura la conservaban en perfecto estado. Tampoco había obesidad o gordura. Casi toda la población era de contextura saludable. La osteoporosis, los males cardiacos y el cáncer casi eran desconocidos para la gran mayoría. Es que nuestros antepasados, comían en forma natural. Su dieta consistía preferentemente en papas de infinidad de variedades, carne seca o charki de llama, tamales, humitas y toda esta ingesta era acompañada por la nutritiva chicha de jora. Esta bebida, que tiene mejor sabor, gusto, es mejor que la cerveza actual. Además la chicha de jora tiene propiedades digestivas y alimenticias. Por eso, la tendencia mundial, que poco a poco se va imponiendo, es consumir productos orgánicos. Estos productos, tienen que cultivarse sin usar pesticidas y fertilizantes químicos. En nuestro país, felizmente podemos hacer que nuestra población, coma los sabrosos productos que se siembran en forma natural. La gastronomía peruana, catalogada como una de las mejores del mundo, tiene su base, en la conservación de la biodiversidad y en el uso de aguas naturales, que abundan todavía a lo largo y ancho de nuestro territorio. Por eso, es alarmante que muchos fabricantes de la comida basura, salgan a criticar esta ley, aduciendo que el gobierno ha puesto candado a la publicidad. También los interesados protestan contra lo que ellos llaman una violación de la libertad de comerciar productos en forma libre. Pero el gobierno, tiene como misión fundamental asegurar la salud pública, entre otras misiones, que no pueden ser delegadas al sector privado. Más bien las empresas de estos productos chatarra, deben aprovechar esta norma como un real desafío, para producir productos naturales, usando la gran cantidad de alimentos naturales que nuestra agricultura brinda. La demanda creciente de estos productos orgánicos, hará desarrollar con mayor ritmo a los pequeños agricultores de todas nuestras regiones. Esperamos que el liderazgo empresarial e innovador, apueste por la innovación y el desarrollo de nuevos productos, que deben ser muy saludables, naturales y con menos preservantes dañinos. Por Manuel J. Villanueva Consultor Internacional Blog: www.majevic.blogspot.com

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