miércoles, 15 de mayo de 2013

El mundo después de 30 años

Gracias a la tecnología espacial, conformada por telescopios modernos y una red de satélites artificiales, lanzados principalmente por la NASA, dentro de su programa Landsat, podemos ahora tener una visión de nuestro planeta en un lapso de 30 años. Este periodo comprende un periodo que abarca desde 1983 hasta la fecha. Realmente hacer una comparación de lo que ha sucedido en estos años, nos muestra una seria de cambios vertiginosos, producidos básicamente por la desmedida ambición del ser humano, que no ha respetado las leyes de la naturaleza. Las imágenes comparativas, nos acercan a un espectáculo escalofriante, de cómo el hombre con su impronta, ha cambiado la superficie del planeta. Desiertos, como el de Nevada, donde se ubica la meca del juego y la diversión, ha invadido las dunas y las arenas para convertirse en una gran urbe. En 1983 las Vegas era una pequeña ciudad, conformada por casinos y hoteles más pequeña que Pacasmayo. Ahora la expansión urbanística, ha invadido sin ningún concierto grandes extensiones de desierto, para poder edificar cientos de edificios para destinarlos a hoteles y casinos de juego. Igual sucede en los desiertos árabes, como en Dubai, cuyo crecimiento a expensas de sus arenas, es colosal. Hay verdaderas metrópolis en el desierto, con todo el confort, que puede dar, las inmensas fortunas que provienen del petróleo y el gas. Es decir son ciudades artificiales, cuyo destino puede durar hasta que las reservas de sus hidrocarburos, lo sostengan. Otro tanto sucede en el emirato de Qatar, cuyas riquezas de gas, han hecho de Doha, su capital, una metrópolis de lo más avanzada del mundo. Los qataríes, apuestan por el fomento del deporte de alto rendimiento y auspician con su dinero muchos clubes de futbol del primer mundo. Además tienen ambiciones de ser anfitriones del próximo mundial de futbol del 2022. En Brasil, país gigantesco, donde se alberga el bosque húmedo más grande del mundo, la deforestación de extensas zonas de selva amazónica, para destinarlas a la agricultura y la ganadería, también es algo que demuestra que la ambición de sembrar productos para la exportación como la soja y criar animales, con idéntico propósito, está causando un verdadero ecocidio. Este desarrollo no es racional y atenta contra la gran reserva de oxigeno que tiene la humanidad. En el norte de nuestro hemisferio, se nota la constante disminución de la capa de hielo de las montañas de Alaska. Por ejemplo los glaciales de Mendenhall, en este estado, están casi sin hielo, debido a la explotación de minerales, que no han tenido la precaución de hacer sus extracciones sin afectar demasiado el medio ambiente. Perder hielo en Alaska es tan sorprendente como perder la selva amazónica en Brasil o los desiertos en Arabia. Otras vistas impactantes son el crecimiento de todas las ciudades del mundo. Este crecimiento invade desiertos, tierras de cultivo y bosques. En algunas ciudades como Lima, Trujillo, el crecimiento es realmente anormal. Ahora en Lima viven 9 millones de habitantes. Los pequeños valles donde se ubica Lima, solo podrían albergar a una población de 100 mil habitantes. También en nuestro país, la deforestación de la Amazonia, es muy peligrosa. Por ejemplo en Madre de Dios, existen verdaderos paramos donde antes habían bellos bosques. Este desastre ambiental se debe a que en esa zona, se extrae oro, a vista y paciencia de las autoridades, lo cual configura un verdadero delito. Otro tanto es la ocupación de nuestros desiertos costeros, para uso agrícola, industrial, recreacional y urbano. Casi todas nuestras playas están prácticamente muertas, por el uso intensivo de estas zonas por los bañistas. Por ejemplo el popular muy muy, está casi extinguido. Esta especie tiene su hábitat en las playas de nuestro litoral, pero la masiva concurrencia de bañistas, malogra su nicho ecológico. También cerca de Lima, al sur, se ha construido una ciudad, Asia, donde se divierte la gente adinerada de la capital. La urbanización de esta zona, ha sido un verdadero boom, a tal punto que el metro cuadrado de tierra para viviendas esta por las nubes, cuando antes prácticamente su valor era insignificante, pero todo esta urbe, atenta contra el ambiente natural de esa zona. Si sigue esta tendencia destructiva, en los próximos 30 años no tendremos nevados en nuestra cordillera ni bosques en la Amazonia. La desglaciacion de nuestros Andes, podría provocar un grave problema de abastecimiento de agua para Lima, Trujillo y además afectaría los cultivos que se sustentan con agua proveniente de las irrigaciones. Esperamos que se tomen medidas para mitigar esta explosión. Una de ellas seria, hacer una campaña humana y científica para disminuir el crecimiento poblacional en todo el mundo. Por Manuel J. Villanueva Consultor Internacional Blog: www.majevic.blogsp

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