La calidad impone la marca

Estábamos en Japón, siguiendo un curso de postgrado y tuvimos la oportunidad de visitar diversas fabricas, que sustentan el todavía impresionante desarrollo industrial japonés. Fue en una famosa fábrica de neumáticos, en la ciudad de Shimonoseki, al sur de la isla de Honshu, donde pudimos apreciar, el esmerado proceso de fabricación de todo tipo de llantas, sobre todo para vehículos de acarreo de materiales, muy usado por ejemplo en labores mineras y de construcción. Nos estamos refiriendo a la fábrica de llantas Bridgestone. Al preguntas a nuestros anfitriones porque el nombre ingles, ellos nos respondieron, que en el inicio de la introducción de sus llantas en el mercado exterior, el fundador de esta empresa, Shojiro Ishibashi, cuyo apellido, significa “puente de piedra”, prefirió traducirlo al ingles, como Bridgestone, pues asi, pensó en ese tiempo sus llantas tendrían mejor acogida en Estados Unidos, Europa y en el resto del mundo. Creía que con el nombre japonés de Ishibashi, como marca, era poco probable su comercialización en el mercado de exportación. Sin embargo este concepto ha cambiado rotundamente, pues ahora, con la casi homogenización de la calidad de todos los productos industriales a nivel global, ya no interesa, la mimetización de nombres exóticos de marca de diferentes productos, por sus equivalentes en el idioma ingles. Ahora las marcas de diferentes productos de las nuevos países industrializados, tales como la India, China o Corea, venden sus productos con sus marcas de origen y en su propio idioma. Podemos ver que ruedan por nuestras calles vehículos hindúes Mahendra, motocicletas chinas Tayping, autos coreanos Daewoo, artefactos electrónicos de diversas aplicaciones con marcas chinas, coreanas, brasileñas, rusas, etc. También, en el sector alimenticio, se pueden encontrar en el mercado productos de calidad de origen malasio, tailandes, con marcas que hacen alusión a su origen. Esta debería ser nuestro norte, para que nuestros diferentes productos, sobretodo industriales, agroindustriales, hidrobiológicos, artesanales y de bebidas, salgan a competir en el mercado mundial, haciendo alusión a nuestra gran riqueza cultural. Esto sería un salto cualitativo de gran importanci8a pues abriría las puertas a mejorar nuestra capacidad innovadora y a diversificar nuestra oferta exportadora, con productos peruanos de calidad. Por ejemplo nuestra agricultura orgánica, puede ser procesada para crear nuevos productos con valor agregado y así conquistar los nichos de mercado de exportación. En la gastronomía, donde el mercado mundial de pastas, es de 200 mil millones dedolares de ventas anuales, muchos de nuestros productos nativos, podrían conseguir una porción de este gran mercado. Igualmente puede suceder con la fabricación industrial de la chicha de jora, que procesada industrialmente, siguiendo los parámetros de la fabricación de la cerveza, podría también encontrar un oportunidad en el mercado mundial que se calcula en unos 300 mil millones de dólares anuales. Nuestro objetivo debe ser producir productor de calidad, aprovechando nuestra gran biodiversidad y saliendo con marcas que reflejen nuestra identidad nacional. Para este efecto podríamos usar términos en quechua, aimara, lenguas amazónicas y español. Esta forma de presentación de marcas con nombres que reflejen nuestra cultura, es la tendencia dominante en el mundo actual. De lo que se trata de de crear productos innovadores y de gran calidad.
Por Manuel J. Villanueva