La carrera electoral

Ya estamos en plena competencia electoral. La única novedad hasta la fecha, es el lanzamiento de su candidatura presidencial del ex ministro del interior del actual gobierno, Daniel Urresti. Este locuaz candidato, se presentara por el partido Nacionalista, cuyos líderes son Nadine Heredia y Ollanta Humala. Toda la estrategia para que se de esta candidatura, ha sido bien llevada, porque Urresti, tiene un alto porcentaje de aprobación cuando ejerció el cargo de ministro del Interior. Su aceptación promedio llega al 45%, cifra nada despreciable máxime si se tiene en cuenta que los graves problemas que afrontamos en el rubro de la seguridad ciudadana, no han sido solucionados. Más bien su agresividad tuitera contra Alan García Pérez y Keiko Fujimori, al parecer le han dado mucha popularidad. Asimismo, con toda probabilidad, los otros candidatos, a la presidencia, que ya calientan motores para entrar en esta liza son los mencionados Alan García y Keiko Fujimori. También es muy probable que oficialice su candidatura a la presidencia de la república Pedro Pablo Kuczynski, que cuenta con una apreciable aceptación electoral. A pesar que no oficializan sus candidaturas, es obvio pensar que sus ambiciones electorales apuntan a entrar en esta campaña presidencial teniendo como objetivo intervenir en esta justa que debe culminar el próximo marzo del 2016. Un aspecto novedoso que tendrá esta todavía incipiente campaña presidencial, es la vigencia e influencia de las redes sociales tales como el Facebook y el Twitter, en la captación de adherentes a los candidatos que intervendrán en esta competencia. Es que hasta en el 2011, estos medios no tenían mucha influencia en el electorado. En las anteriores elecciones presidenciales la Televisión era el medio más eficaz para captar simpatías y electores a favor de cualquiera de los candidatos presidenciales. Es decir a mayor propaganda televisiva había una mejor probabilidad de hacerse conocido y captar votantes. Este medio era tan requerido, que muchos candidatos presidenciales, acudían a casi todos los programas de la televisión, para intervenir, hasta hacer el ridículo. Pero como daba rating, los políticos no reparaban en asistir a programas cómicos, musicales y faranduleros. Los candidatos eran pasibles de bromas de mal gusto, imitaciones y hasta intervenían en sesiones de canto y declamación, sin tener la habilidad para hacer un buen papel en estos menesteres. Pero según sus asesores de imagen, esto permitía captar votantes. Es decir los candidatos eran promocionados como si fueran un producto que se trata de introducir en un mercado de abastos. Esto empobreció mucho la calidad política, porque se dejaron en segundo plano los debates políticos. Si algún candidato se sentía seguro de tener una alta aceptación, rehuía a los debates por temor a perder votantes. Esta práctica no es democrática pero más puede la ambición de ganar por cualquier medio que hacer docencia política y elevar la conciencia crítica de la población. Para ganar no era necesario programas de acción, presentación de equipos técnicos que respaldan al candidato ni su prestigio intelectual, moral y familiar. Pero ahora, la comunicación masiva se ha tornado más horizontal gracias a las referidas redes sociales. La gran mayoría de votantes, podrán opinar y criticar con libertad a los candidatos que quieren ser presidentes del país. También pueden ser decisivos en la votación la gran cantidad de jóvenes que desde hace poco tratan de intervenir en política. Los jóvenes organizados a través de las redes sociales, congregan miles de personas, para protestar por ejemplo contra la llamada ley laboral “pulpin” y consiguieron su derogación. Ahora van a realizar otra manifestación contra la televisión basura, porque realmente los contenidos que se propalan por medio de la llamada caja boba, dejan mucho que desear. La fuerza juvenil puede dar un batacazo con su apoyo a cualquiera de los futuros candidatos presidenciales. Es probable que en estos próximos meses salgan otros candidatos presidenciales, que podrían hacer la diferencia, entre ellos un llamado “outsider” que puede llevarse la victoria tal y como ha ocurrido en las pasadas elecciones presidenciales. Por Manuel J. Villanueva Consultor Internacional Blog: www.majevic.blogspot.com