jueves, 4 de septiembre de 2014

Nuestro sistema escolar

Los resultados mediocres que alcanzamos en las pruebas PISA a nivel internacional, confirman el informe reciente del Banco Mundial, sobre la problemática de la educación en América Latina. Según los expertos en educación de esta entidad supranacional, “ningún sistema escolar latinoamericano, con la posible excepción de Cuba”, tiene parámetros mundiales. Es decir estamos a años luz de los sistemas educativos de Singapur, Corea, Suiza, Países Bajos o Finlandia. En estos países la educación es una prioridad de primer orden y por eso todo el sistema educativo en esos países tiene un gran apoyo estatal. Los profesores son bien remunerados y los estudiantes tienen mucho apoyo en infraestructura, medios de comunicación, de computo y asesoría permanente. En nuestro país, la realidad es muy diferente, los profesores son mal remunerados y en su mayoría lo conforman mujeres, en un 70% del total de maestros. Además la población docente supera los 40 años de edad y se considera que está envejeciendo en promedio. Si bien el gobierno evalúa la calidad y desempeño de los profesores, pero este escrutinio muchas veces solo sirve para elaborar informes pero muy poco se pone en práctica. La tendencia actual de la educación es adquirir competencias más que acumular conocimientos enciclopédicos. En este aspecto se requiere que los profesores enseñen con mayor énfasis, matemáticas, para que los educandos mejoren su capacidad de razonamiento y analisis. Estamos en un mundo donde impera la competitividad y la innovación, basadas en las diferentes ramas de las matemáticas. También es muy importante inculcarles a los alumnos, el hábito de la lectura, porque el que lee se convierte en un estudiante culto y con un gran bagaje de vocabulario. La lectura frecuente de libros y revistas ayuda a todas las personas a mejorar su redacción. De acuerdo al referido informe del Banco Mundial, nuestros profesores en promedio, están mal preparados, lo que representa el principal obstáculo para conseguir un cambio cualitativo en la educación de nuestro país. Los contenidos académicos son inadecuados y las practicas ineficientes. Con esta exigua preparación los profesores, dedican solo el 60% del tiempo de clase a la instrucción, “lo que equivale a perder dos días completos de instrucción por semana”. Mientras en Singapur o Corea, los profesores dedican todo su tiempo a la enseñanza. Además existe en casi todos los centros educativos, mucha indisciplina entre los educandos, porque los profesores no logran imponer su autoridad, ni mantener la atención de los alumnos e incentivar su participación en clase. Hay un promedio de 55 alumnos por aula lo cual atenta contra un buen control de los educandos por parte de sus profesores. Los resultados óptimos alcanzados en estos países desarrollados es consecuencia de una política gubernamental seria y orientada a formar un gran sistema educativo, que tiene por ejes, a los profesores, el gobierno, los padres de familia y los alumnos. Si queremos realmente salir de este atolladero educativo, tenemos que cambiar todo nuestro sistema. Por ejemplo en Estados Unidos, los políticos, académicos y empresarios están muy preocupados por el bajo nivel de su educación, porque esta realidad los convertirá en el mediano plazo en un país dependiente de otros países, como China, India y Corea, en la adquisición de conocimientos científicos y tecnológicos de punta. Hablando de nuestra realidad, donde todavía existen analfabetos que no saben leer ni escribir, el problema es aún mayor. Si queremos tener profesionales bien preparados, hay que mejorar cualitativamente todo nuestro sistema escolar, porque de otra forma, los egresados solo servirían para trabajar en ocupaciones de segunda clase. Esta misma preocupación la tienen los norteamericanos por su déficit educativo. Sin ninguna duda, esto es un freno para nuestro crecimiento y desarrollo. Por eso es perentoria la elaboración de un buen sistema educativo para que forjemos un mejor porvenir dentro del concierto internacional. Para esto es necesaria una clara voluntad política en apoyo de toda nuestra niñez y juventud estudiosa, dedicando todo tipo de recursos encaminados a la adquisición de conocimientos, saberes y competencias. Por Manuel J. Villanueva Consultor Blog: www.majevic.blogspot.c

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