Vasili Arkhipov evito guerra nuclear

Durante un mes la humanidad vivio pendiente de un hilo, porque las potencias nucleares que eran líderes de la confrontación no deponían sus emplazamientos nucleares en Cuba y otros países del mundo. Se trata de Octubre de 1962, hace 50 años, en tiempos de la guerra fria,cuando se produjo la crisis de los misiles, entre los Estados Unidos y la Unión Soviética.Este país, había desplegado una serie de cohetes nucleares en Cuba, que apuntaban a blancos en territorio norteamericano. Todo este desplazamiento coheteril, se hizo en el más absoluto secreto, pero los aviones espías norteamericanos U-2, lo detectaron. Con estas pruebas a la mano, el entonces presidente John F. Kennedy, exigió a con par soviético Nikita Kruschev, a que en el menor tiempo retire estos misiles, que apuntaban a los Estados Unidos. Los desplazamientos militares de ambos bandos eran intensos. Buques, aviones y submarinos, estaban activos en el mar Caribe, cerca de Cuba. La tensión bélica se reflejaba en los rostros de aviadores, marineros y submarinistas de ambas naciones. Los aviones U-2 volaban furtivamente sobre Cuba, para precisar aun mas las ubicaciones de los misiles, con la finalidad de neutralizarlos durante un ataque masivo, que parecía inminente. Un avión U-2, fue derribado en suelo cubano y otro se perdió cuando estaba volando en cielos de la URSS. Igualmente los barcos norteamericanos, detectaron a muchos submarinos soviéticos en ese mar. En ese tiempo, los soviéticos tenían los mejores submarinos, tanto por su velocidad como por estar artillados con torpedos nucleares. El acoso de los barcos norteamericanos a los submarinos soviéticos era incesante. Esta situación crispaba los nervios de los marineros. El choque de unidades de superficie contra submarinos soviéticos, casi hace estallar la tercera guerra mundial. Es que el destructor norteamericano Beale, al descubrir a un submarino soviético codificado como B-59, ordeno a su artillería disparar cargas de profundidad, para obligar al B-59 a emerger. Esta situación fue la gota que faltaba para rebalsar el vaso de una conflagración atómica, pero felizmente un oficial de submarinos soviético Vitali Arkhipov, no acato las ordenes de su comandante para lanzar un torpedo atómico contra la flota norteamericana desplegada en el Caribe. Este acontecimiento sucedió hace 50 años, el 27 de Octubre de l962. La serenidad y visión de este insigne marino soviético, que no hizo caso a su formación y disciplina militar, es significativa, porque se trataba de un punto de no retorno en que cientos de millones de seres humanos hubieran perecido, incluido muchos de los que estamos todavía en este mundo. No hay indicios para saber qué fue lo que sucedió con Arkhipov, pero presumimos que tuvo que enfrentar un juicio militar por desobedecer órdenes superiores. Sin embargo los acontecimientos políticos y diplomáticos posteriores al 27 de Octubre, le dieron la razón. El mundo no sufrió la hecatombe nuclear y los misiles soviéticos fueron retirados de Cuba y también los norteamericanos retiraron sus misiles de Turquía e Italia, que apuntaban a la tierra de Vitali Arkhipov. Este marino, igual que Charles de Gaulle, en la segunda guerra mundial, se comporto a la altura de los hombres visionarios. De Gaulle, por desobedecer las órdenes del presidente cautivo francés Philippe Pétain, fue condenado a muerte, pero la historia lo ha reivindicado por su gran capacidad de liderazgo. Esta cualidad, que es muy rara, actualmente entre los dirigentes y jefes. Ademas este tipo de personalidades son muy necesarias, porque en la crisis de los misiles, tanto soviéticos como norteamericanos perdieron el control de las acciones militares. Es decir dejaron que personal militar en el medio de la cadena de mando ejecutara una serie de acciones, sin contemplar sus peligrosas implicancias. La guerra fría termino con la caída del régimen soviético en 1989 y 9 años más tarde, en 1998, falleció Vitali Arkhipov en la república Rusa. Por Manuel J. Villanueva Consultor Internacional Blog: www.majevic.blogspot.co