miércoles, 31 de octubre de 2012

Desastres y cultura medioambiental

El paso del mega huracán Sandy por el Caribe y la costa este de los Estados Unidos, ha dejado un enorme saldo de pérdida de vidas humanas y materiales. Al parecer la intensidad de este huracán, que provoco una gigantesca tormenta, se debe al cambio climático, provocado por el hombre. Este evento que está confirmado científicamente, solo es recordado con unas pocas declaraciones y algunos artículos periodísticos. Pero los políticos y empresarios, que tienen responsabilidad en el manejo de la sociedad y la economía, hacen oídos sordos sobre cómo enfrentar eficazmente esta grave realidad. Sin embargo, el gobernador de la gran manzana o New York, Andrew Cuomo, ha manifestado después del paso de Sandy por su territorio, que este fenómeno se debe al cambio climático. Además agrego que no se podía negar esta evidencia comprobada por decenas de millones de habitantes norteamericanos y caribeños. Otra lección que se ha podido sacar de las consecuencias de este fenómeno es organizar a la población, informar periódicamente y construir una mejor infraestructura. Por ejemplo en el Caribe, donde Haití y Cuba, soportaron la presencia de Sandy, las consecuencias fueron diametralmente diferentes. En Haití, fallecieron casi 70 personas y en Cuba solo 2 personas. Esta diferencia se debe a que Cuba, tiene muy bien organizada e informada a su población sobre la ocurrencia de estos fenómenos meteorológicos. Si nos atenemos a las estadísticas del Banco Mundial, sobre el impacto de terremotos, huracanes y ciclones que hubo en el mundo desde 1970 hasta el 2008, las víctimas mortales ascienden a 3 millones de personas y las pérdidas materiales en ese lapso, fue de 2.3 billones matemáticos de dólares. Es decir en 38 años las pérdidas humanas y materiales fueron inmensas. Ahora con el cambio climático vigente, la intensidad de muchos fenómenos llamados naturales, será mayor y posiblemente las pérdidas de vidas y de infraestructura material crecerá exponencialmente. Es que hasta la fecha la tecnología no es capaz ni de predecir con exactitud estos fenómenos y menos de neutralizar sus efectos. Para salvar vidas humanas, se tiene que fomentar la educación de toda la población, para que los habitantes de todas las regiones sepan como actuar a la hora de producirse un terremoto, un huracán o mega tormentas. Pero a la par de esta educación de prevención, se tiene que crear políticas efectivas de conservación del medio ambiente. Estas políticas deben ser la base en la que descanse una cultura medio ambiental. No se trata solo de informar y tener presente el cambio climático sino que el gobierno tiene que cambiar su modelo de crecimiento económico. Se tiene que mitigar el gran consumo de bienes y servicios, también controlar las emisiones de gases contaminantes como el CO2 y propiciar una política humana de control de la natalidad. Todas estas medidas, que tienen que ser avaladas por todos los medios de comunicación, darían sus frutos en beneficio de todos los habitantes del país. Los eventos telúricos y meteorológicos que serán más frecuentes, no respetan a nadie. Quizás los que por intereses subalternos se opongan a estas medidas, podrían ser víctimas de estas catástrofes. En Estados Unidos, la población está tomando conciencia de que el cambio climático, provoca huracanas, sequias e inundaciones con la fuerza nunca antes vista. Y en ese país más temprano que tarde, habrá un cambio cualitativo en la forma de consumo. Se controlara el despilfarro, para mitigar el cambio climático, que está castigando a esta potencia mundial. Es que al parecer, todos los seres humanos aprendemos a base de los golpes que nos da una naturaleza alterada por nosotros mismos. Por Manuel J. Villanueva Consultor Internacional Blog: www.majevic.blogspot.com

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