Corea, arroz y lagrimas

La reciente desaparición del líder norcoreano Kim Jong Il, el pasado 17 de Diciembre, a consecuencia de un paro cardiaco, ha causado la masiva consternación de su pueblo y la preocupación de sus potenciales rivales, relacionados con el problema de la sucesión en el poder de este estado socialista. En los días siguientes al deceso, se afirmaba en el poder, su hijo de 27 años, Kim Jong un, quien ha sido proclamado como el líder indiscutido de Corea del Norte. Este país, cuenta con un pequeño arsenal de armas nucleares y está próximo a tener en operación misiles de mediano alcance, que pueden transportar la letal carga atómica. Es decir que los blancos posibles a su alcance serian Japón, Corea del Sur y las fuerzas norteamericanas desplazadas en el extremo oriente incluida su poderosa VII flota. El desarrollo de la tecnología nuclear por parte de los norcoreanos, demuestra que existe en ese país, una buena infraestructura científica y tecnológica, que ha sido capaz de este significativo logro. Solo las grandes potencias, tales como Estados Unidos, Rusia y China, por ejemplo, han podido crear esta tecnología, para lo cual han contado con cientos de científicos e ingenieros de primer nivel, para conseguir este objetivo atómico. Esto lo saben muy bien los adversarios de Corea del Norte. Además este pequeño país, cuenta con unas fuerzas armadas de elite, porque están muy bien entrenadas y muestran su disposición a defender su territorio y sus logros, con una férrea voluntad, basada en la disciplina y el coraje a toda prueba. Pero estas exequias de Kim Jon Il, han mostrado al mundo como un líder puede influir en su pueblo. Las fotografías del sepelio y entierro de este personaje, nos muestran a curtidos soldados y oficiales de sus fuerzas armadas, transidos de dolor y derramando copiosas lagrimas. También se puede observar a todo tipo de personas, jóvenes, adultos, viejos de todos los sexos, con la misma actitud de dolor, expresada en sus caras, cubiertas de lagrimas y golpeándose el pecho por el dolor que les ha causado esta muerte. Hay tema para hacer muchas interpretaciones sobre estas actitudes masivas de dolor. Quizás a ojos de un occidental, esto sea una especie de teatro, incentivado por las autoridades de ese país, para que el pueblo realice estas escenas de dolor. Pero, parece muy difícil que esto se pueda conseguir, si se tiene en cuenta que es prácticamente todo el pueblo de Corea del Norte, quien ha hecho patente su cariño y admiración a su líder Kim Jong Il. Estos gestos populares, son imposibles de orquestar en cualquier país de occidente, menos que todo un pueblo salga a las calles frigidas para expresar su dolor, en forma tan sentida, como se ha vista en Corea del Norte. Una explicación, más cercana a la verdad sobre estos hechos, parece ser que el líder Kim Jong Il, ha sido muy querido por su pueblo, porque lo ha sabido conducir, en medio de una gran austeridad económica, pero haciendo respetar su dignidad. No es poca cosa, que Corea del Norte, ponga en vilo a los Estados Unidos, Japón y la industrializada Corea del Sur. Todos estos países, que son sus grandes rivales, tienen por Corea del Norte, un enorme respeto y también temor, por su creciente poderío nuclear y porque este poder sirve para afianzar su integridad e independencia de los grandes centros de poder mundial. Este derrotero, ha sido mantenido por Kim Jong Il, siguiendo los planteamientos primigenios de su padre Kim Il Sung, fundador de Corea del Norte y creador de la idea Zuche, que es la ideología de este pueblo, ahora sumido en las lágrimas y el arroz.
Por Manuel J. Villanueva