sábado, 7 de enero de 2012

El niño silbador de Celendín

Todos los meses de Enero, por estos días primeros de Enero, celebramos las festividades del milagroso niño Jesus, en su advocación de Niño de Pumarume de Celendín. Esta devoción, que convoca a todos los celendinos, estén donde estén, data desde los últimos decenios del siglo XIX, cuando un afortunado comerciante de sombreros, natural de Pumarume, descubrió, entre una mata de pencas, por esta fecha, a un niño silbador. Este emprendedor, iba con su recua de mulas, cargadas de sombreros, junto a otros celendinos, para ponerlos a la venta en las ciudades costeñas, tales como Trujillo y Chiclayo. En una noche, despejada, en este sendero, donde brillaba intensamente la luz de la Luna, se escucho una hermosa melodía, que fue más intensa y sobrecogedora, para los oídos del curioso paisano, quien se dirigió hacia el lugar desde donde emanaba esta melodía. Fue tan grande su sorpresa, como ya dijimos, de encontrar en este paraje andino a una linda imagen de un niño, que tenía su boquita, en gesto de silbar. Hasta la fecha esta venerada imagen, tiene esta ademan, por lo que muchos celendinos le llaman el “Niño Silbador”. Pero en la noche del descubrimiento, este incipiente devoto, dejo todo su cargamento en manos de sus compañeros de travesía y dio media vuelta hasta culminar en su hogar de Pumarume. Allí, fue alojado el Niño, para lo cual se acondiciono un altar. La presencia de esta imagen, no fue ajena a la curiosidad de los lugareños, quienes acudían a orar y a pedir al Niño, que los bendijera y les colmara con buena salud y otras suplicas, propias de todos los que andamos por este mundo. Muchos devotos, recibieron, sus bendiciones y también se cumplieron sus deseos, por lo que su devoción se extendió muy rápidamente, entre la colectividad celendina. Pumarume dista de la ciudad de Celendin, tan solo l Km. Pero todo está devoción y culto al Niño, que ya se lo conocía como El Niño Dios de Pumarume, no fue ajena al celo del párroco de Celendín, quien cumpliendo su misión pastoral, ordeno que esta bella imagen, fuera cobijada en la Iglesia Matriz de la Virgen del Carmen de Celendin. Con mucha pena, la orden eclesial, fue cumplida por el devoto pumarumeño y El Niño de Pumarume fue ubicado en la citada iglesia. Pero esto solo fue el inicio de una serie de milagros, relacionados con este niño, que como tal, no se “acostumbro”, en su nuevo hogar y fue a parar a Pumarume. Ante la reincidencia de estos movimientos, el párroco, tomo la sabia decisión, de aprobar la construcción de una capilla, para el niño en Pumarume. Ahora, después de casi un siglo, existe en esta localidad, una bella iglesia en honor del milagroso Niño Dios. Sus devotos que se cuentan por decenas de miles, no solo celendios sino de otras ciudades y regiones, le rinden un merecido homenaje, mediante la celebración de una novena, vísperas y día Central, tanto en Celendín, como en otras ciudades del país y del mundo. Siguiendo esta tradición, la Asociación Celendina Residente en Trujillo, ha organizado un Programa de Fiesta en honor al Niño Dios de Pumarume, desde el 5 Enero. Este homenaje religioso y social de los residentes celendinos en Trujillo, se extenderá hasta el domingo 15. Como ya es costumbre, este año, le ha tocado la mayordomía al Comité Sectorial “Las Quintanas, Huerta Grande y Los Jardines”. Todas estas actividades se realizan en el Local Institucional de la ACRET, de Trujillo. Los arreglos del altar al del Niño Dios de Pumarume, ha sido exquisitamente confeccionada por el prestigioso artista celendino Jaime Velásquez Loredo. Lo que hay que resaltar es que este año, la asistencia a estos cultos es muy numerosa tanto de niños como de adultos.
Por Manuel J. Villanueva
Doctor en Administracion

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