El valor de Conga

Realmente si nos atenemos a los parámetros y a la visión moderna de hacer empresa, teniendo presente el llamado rastro ambiental, Conga, tendría un valor de alrededor de 7 billones de dólares, para su realización. Esta gigantesca cifra, que es superior en 50 veces nuestro presente PBI, es inalcanzable para cualquier corporación mundial, por más dinero que tenga. Es decir que el costo de alterar irreversiblemente los ecosistemas, tiene que considerarse en todo tipo de proyectos, sobretodo los referidos a la minería, como un costo a pagar. Esta forma de ver el proyecto lo haría inviable por sus altos costos. Pero como los empresarios mineros, casi siempre han saltado a la garrocha todo tipo de regulaciones mediante los lobbies o el soborno, siempre piensan que en nuestro país, se puede hacer lo que ellos creen, sin considerar las opciones de otros grupos de interés, sobre todo las poblaciones campesinas, que ven como potenciales amenazas su forma de vida, por la acción de esta forma de hacer empresa minera, cerca a su entorno. Además, en Conga, se está abriendo paso la opción de una nueva forma de desarrollo, que tiene que tener en cuenta el respeto a la forma ancestral y la cultura de los pobladores de esta hermosa tierra que pertenece a la provincia de Celendín. Las tradiciones, la forma de vida, el cuidado del agua y la tierra, ciertamente, no tienen precio. El gobierno y la clase empresarial están obligados a tener en cuenta estos sentimientos ancestrales. No es posible que el famoso estudio de impacto ambiental, referido al proyecto Conga, que consta de 17 tomos y de más de 20 mil hojas, no tenga presente la licencia social ni haya tomado en cuenta los ecosistemas en torno a las cuatro lagunas aledañas a este proyecto ni las 107 hectáreas de bofedales. Todo este sistema hídrico, es una de las maravillas de la naturaleza, que tiene como finalidad la circulación de agua natural en esta red hidráulica. Por eso, la población cajamarquina en general, ha tomado conciencia de las graves falencias de este estudio y es una razón fundamental para rechazar la viabilidad de este proceso extractivo. También hay que tener presente, que lo que está en juego, es la gran riqueza que encierra. Se puede cuantificar el valor total a precios actuales de todo el oro y cobre de este depósito en 50 mil millones de dólares. Es decir invertir 4,800 millones de dólares para ganar tan significativa cifra, es una de las causas para que se quiera seguir adelante con este proyecto. Es como plantar un alfiler de acero y sacar una barreta de oro. Por eso, sería muy interesante, que las empresas interesadas, paguen, ahora, a los pobladores de las regiones afectadas, 10 mil millones de dólares, en forma igual. Así se haría efectiva la inclusión social, pues la riqueza debe ser para los verdaderos dueños de esta región. Otro mito que se debe rechazar, es que si no se continúa con este proyecto, las inversiones se van a ir del Perú. Eso no es cierto, porque el capital, siempre estará donde haya buenas oportunidades para hacer negocios. Pero ahora, los proyectos mineros o extractivos en general, se deben realizar en zonas donde verdaderamente no afecten gravemente el suministro de agua ni atenten contra la biodiversidad. Es decir se hace perentoria, una zonificación territorial del país, para saber en qué lugares se puede aceptar la explotación minera y en qué lugares no, como es el caso de Conga. Esto también tiene que ser una constante para todo tipo de obras de infraestructura, tales como puertos, carreteras, hidroeléctricas y proyectos petroleros y gasíferos. Solo así, conseguiremos la ansiada paz social, con respeto al medio ambiente, a las comunidades campesinas, en una época en que toda la humanidad, está experimentando el fenómeno del cambio climático, producido por el hombre. Este cambio puede afectar severamente el suministro de agua, sobre todo en las grandes ciudades, tales como Lima o Trujillo. Por eso el agua, ahora es más importante que el oro.
Por Manuel J. Villanueva
Ingeniero Colegiado