miércoles, 13 de diciembre de 2017

El gobierno es un organismo vivo

Este afirmación tiene que ver con los aspectos administrativos de cualquier organización. En el caso del gobierno, que es una gran organización, las múltiples tareas que deben realizar, son consecuencia del liderazgo del gobierno, encabezado por el presidente de la república. Así es como toda organización cumple con sus objetivos trazados. Por eso los actos organizacionales son producto de la visión y misión de los altos directivos, que deben ser no solo conocidos sino practicados por todos los trabajadores de una entidad, en este caso del gobierno. Ahora en el país, están presentes los múltiples casos de corrupción que afectan a varios gobiernos por el caso lava jato. Es que la firma brasileña Odebrecht, coimeo en la forma más aberrante a los gobiernos de los últimos 20 años. Pero el gobierno está conformado por seres humanos y por consiguiente es un tejido social vivo y activo. No es algo inerte como una loza, un decreto o una piedra. Quien le da la inercia de vida es el presidente de turno. Las demás personas, que integran el gobierno, en especial sus más allegados, siguen la rutina que emana del presidente. Su forma de ser, de actuar, de comportarse, es vista y seguida por todos sus subalternos, principalmente por los que ocupan los llamados cargos de confianza. Eso es lo que en Administración se llama cultura organizacional. Es decir si un presidente es honesto, honrado, trabajador, cumplido y disciplinado, con toda seguridad, todas estas cualidades serán seguidas por la gran mayoría de la administración del gobierno. Pero si un gobernante, es mentiroso, haragán, ratero, prepotente e indisciplinado, entonces estas taras y defectos también se impregnaran en todo la estructura del gobierno. Por eso, no es creíble que en los casos de corrupción como los que sacuden ahora a todos los políticos, del país, se diga, como García, que él no tiene nada que ver con los actos de corrupción cometidos en su segundo gobierno. Esta afirmación no la cree nadie, porque las grandes decisiones tomadas para que Odebrecht, haga una serie de obras de infraestructura millonarias, durante su segundo gobierno, han tenido que ser aprobadas por el presidente de turno, en este caso por García. Además hay en estos momentos en prisión un ex viceministro de comunicaciones, que es amigo de García desde antes que ocupara ese cargo y dos altos funcionarios de su gobierno. Todos ellos acusados de recibir millonarias coimas. Es casi seguro que el nombramiento de estos funcionarios, fue sugerido y aprobado por García. Es imposible que estos funcionarios de confianza del gobierno, hayan hecho los tratos corruptos, por su cuenta, con la firma Odebrecht, sin el conocimiento de García y su ministro de transportes Enrique Cornejo. Además, en el hipotético caso de su ignorancia sobre estos hechos delictivos cometidos por sus subalternos presos, la responsabilidad es del presidente y su ministro de transportes de comunicaciones. Porque se puede delegar autoridad pero nunca responsabilidad. Para eso se elige a los presidentes para que sean los grandes administradores de todos los recursos del estado y no para que hagan del erario público un botín, que alimenten sus grandes fortunas mal habidas. Como todo organismo vivo, el gobierno del país en la actualidad es un ente enfermo que necesita una rápida atención para evitar que entre en un colapso final. Para esto se requiere que la opinión pública, los medios de comunicación y las personas honestas, hagan una labor de presión ante el gobierno para cambiar esta grave situación. Además el congreso actual, con una mayoría fanática y prepotente, requiere un cambio sustancial, para que coadyuve en la gran labor de sanación de todas las estructuras gubernamentales. No es posible que el congreso a través de sus comisiones dominadas por Fuerza Popular, solo se dedique a blindar a sus partidarios a pesar de los graves actos cometidos, como en el caso del allanamiento de dos locales políticos de FP. En este incidente, Luz Salgado, Rosa Bartra, Héctor Becerril, Daniel Salaverry, mostraron un talante matonesco que no es digno de su investidura, porque amenazaron y obstruyeron la intervención de los fiscales que contaban con una autorización judicial. Este serio incidente, no ha sido sancionado por la comisión de Ética del congreso dominado por los fujimoristas. Al contrario, se han hecho de la vista gorda, con lo cual han demostrado una parcialidad indigna de un poder del estado. Por esta razón los congresistas de otros partidos, que integraban esta comisión han renunciado irrevocablemente a esta grupo que debe sancionar por igual a todos los congresistas que hayan cometido graves faltas como ha sucedido con los antes mencionados fujimoristas. Como parte del cuerpo del gobierno, el congreso esta grave y requiere de una verdadera transformación, para que procedan con honestidad, imparcialidad y equidad. Todos estos líos, que son crónicos actualmente, desprestigian mucho más a los llamados políticos, porque ejercen sus cargos, solo para su propio beneficio o para favorecer a sus grupos y jefes como es el caso de Keiko Fujimori, para Fuerza Popular o Alan García para su raquítica bancada en el congreso, pero apoyada por los fujimoristas. Dentro de este oscuro panorama, todo el aparato de funcionarios del gobierno y la oposición, sufre una seria crisis de motivación. Es que sin motivación ninguna organización podrá alcanzar sus objetivos de corto, mediano y largo plazo. Por Manuel J. Villanueva Consultor Internacional Blog: www.majevic.blogspot.com

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