martes, 28 de febrero de 2017

La depresión como discapacidad mental

A diferencia de las discapacidades físicas, como la cojera, la ceguera o la paraplejia, que son notorias y merecen la solidaridad de las personas, la depresión, es una discapacidad que no presenta sus síntomas en forma objetiva, como para identificar a las personas que sufren este terrible mal. Los discapacitados físicos, tienen por ley, algunos derechos sobre todo en la atención de bancos y otras instituciones públicas, pero el enfermo de depresión, es el gran olvidado de la sociedad porque no hay ninguna ley que lo proteja ni una muestra de solidaridad social que lo apoye. Hoy por hoy hay mayor número de pacientes con esta discapacidad mental que las personas que tienen alguna discapacidad física. Según la OMS, hay más de 300 millones de personas en el mundo con esta enfermedad y es la principal discapacidad mundial. En nuestro país, a pesar que no hay estadísticas para hacer una mejor evaluación de este mal, por lo menos 3 millones de personas padecen de depresión, constituyéndose también en la mayor discapacidad de nuestra población. Esta dolencia, se presenta con un constante sentimiento de tristeza y perdida de interés en las actividades diarias, como trabajar, leer, hacer ejercicios y saborear la comida. La depresión puede provenir de un desequilibrio químico, la pobreza, el desempleo, la pérdida de un ser querido, una enfermedad somática, entre otras circunstancias o causas. Esta enfermedad afecta más a los ancianos, mujeres y los jóvenes. También, la misma sociedad con sus exigencias diarias, preferentemente en las ciudades, como Trujillo, es un gran factor para que se desencadene un cuadro depresivo. Para agravar más las cosa, la depresión no es bien comprendida por los amigos, familiares y otras relaciones de un paciente con depresión. A diferencia de las enfermedades somáticas, donde los médicos y paramédicos, tienen mejor actitud para atender a los pacientes, cuando se trata de un paciente depresivo, muchas veces el trato no es ni tan humano ni tan empático, como debería ser la atención a estos pacientes. El tratamiento de la depresión es muy compleja, porque requiere que los psiquiatras, tengan una gran capacidad de análisis y conocimientos del alma humana. No solo se trata de prescribir pastillas, que más de las veces solo consiguen dopar al paciente y en muchos casos, estos fármacos pueden crear dependencia. Esto se empeora, porque hay muy pocos psiquiatras en nuestro medio para satisfacer la demanda cada vez mayor de atención especializada. Actualmente existen una apreciable cantidad de antidepresivos, pero la mayoría de ellos tienen décadas en el mercado farmacéutico. Es decir todavía no hay otro antidepresivo de una nueva generación como para que la certeza de la curación sea más segura. Existen a nivel mundial, una serie de pruebas y experimentos para hallar nuevos fármacos antidepresivos, pero todavía no hay ninguno disponible para su uso inmediato. Pero si hay buenas noticias, porque hay un fármaco que a nivel de experimentación, está dando resultados muy halagüeños. Este fármaco, derivado de la ketamina, podría curar a los enfermos con depresión en el lapso de solo unos días, porque en la actualidad, se requieren largos meses o años para tratar eficazmente la depresión. Si se logra crear este nuevo fármaco, la depresión podría curarse casi inmediatamente. En nuestro país se requiere dar mayor importancia al tratamiento de esta enfermedad, asignando un mayor porcentaje al presupuesto de salud mental. También es indispensable, que los psiquiatras, mejoren sus conocimientos y habilidades para poder tratar mejor a los pacientes con esta enfermedad. Es también indispensable, aumentar el número de psiquiatras en nuestra región y en el país, para poder mejorar la atención de las personas que sufren este mal. Otra acción importante es mejorar y ampliar la cantidad de fármacos que requieren el tratamiento de este síndrome. No solo se debe dopar a los pacientes con ansiolíticos sino ver otras salidas más efectivas. De lo que se trata es que los psiquiatras cambien de actitud para mejorar su rendimiento en el tratamiento de la depresión. También se requieren profesionales psicólogos, pero con un profundo conocimiento de la sintomatología de la depresión, para que puedan ayudar a los pacientes a mejorar sus síntomas depresivos, que coadyuven al tratamiento psiquiátrico basado en fármacos. Otro aspecto importante es crear el entorno adecuado, sobre todo en los hospitales o centros de salud, para atender a los pacientes de la mejor forma. En este aspecto, es muy importante la acción del Ministerio de Salud y Essalud, que deben prestar una mayor atención, a través de la asignación de más recursos, a esta enfermedad mental, que ya se ha convertido en una verdadera epidemia, regional, nacional y mundial. Por Manuel J. Villanueva Consultor Internacional Blog: www.majevic.blogspot.com

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