martes, 7 de febrero de 2017

Carnavales de Celendín

La fiesta de los carnavales es el más esperado de los acontecimientos que se suceden todo el año no solo en Celendín, sino en todos los pueblos del país y del mundo. El carnaval se remonta a las fiestas paganas, que se realizaban en el imperio romano, hace más de 2000 años. Estas fiestas tenían la finalidad de rendir honor al dios Baco, que es el dios del vino o de la alegría. Ese legado histórico no se ha perdido hasta nuestros días, porque celebrar el carnaval, es dejarse llevar por una alegría desbordante, donde se da libertad a todos nuestros sentidos, que durante el resto del año tienen que guardar cordura y recato. En Celendín, los carnavales, representan una fiesta popular muy alegre donde casi toda la población se vuelca a las calles para jugar, con agua, globos, serpentinas, pica pica talco, harina y antiguamente también se usaban chisguetes de éter, de la marca pierrot de colombina. El himno del carnaval celendino, es sin lugar a dudas, el hermoso carnaval de Celendín o Silulo, que es una melodía, muy armoniosa, contagiante y que invita al baile y a la alegría. El Silulo no es huayno ni cashua u otros ritmos de nuestra serranía, tiene su propio ritmo, por eso siempre sugerimos que a base de esta hermosa canción, se lleve a cabo en Celendín, el festival del Silulo, con la finalidad de incentivar a los compositores y poetas a producir otras melodías, pero dentro del contexto musical de este himno carnavalesco. Como se sabe la celebración del carnaval, se realiza en el mes de febrero, como antesala a la cuaresma cristiana, que empieza el miércoles de ceniza. Los carnavales, son una fiesta movible que puede iniciarse a principios, a mediados o al final del mes de febrero. Con el paso de los años, las fiestas del carnaval de Celendín, han sufrido una transformación, porque la juventud, que es la principal depositaria de estos juegos, esta imbuida de otros parámetros para celebrarlo. Pero, también en este caso, sería muy importante retomar las antiguas costumbres del carnaval que se realizaba en Celendín. Este carnaval shilico, empezaba el día sábado, con un vistoso desfile de Ño carnavalon, que hacia un verdadero pasacalle por las arterias más importantes del pueblo. Al compás de bandas y siempre interpretando el Silulo, el Ño carnavalon y sus seguidores, de dirigían a la plaza Mayor. Todo el trayecto, era una verdadera fiesta y se jugaba con globos, jeringas con agua, que arrojaban este líquido elemento a las damas y jóvenes que se congregaban a mirar este desfile. También se hacía uso de talco, harina, serpentinas, pica pica, antifaces y éter. Pero el juego era solo entre hombres y mujeres, lo cual garantizaba la fiesta entre ambos sexos. El domingo y el lunes de carnaval se procedía al juego con agua, talco, pica pica y serpentinas, pero solo entre conjuntos de personas conocidas. Los hombres acudían a las casas donde se encontraban grupos de damas dispuestas al juego. Este ejercicio era muy preciosista porque la idea era “bañar” a los oponentes y también proceder a tomar a las mujeres de sus cinturas para hacerles el “batan” que consiste en elevar y bajar, a las damas, cuantas veces, se pueda, dependiendo de la fuerza y la paciencia de estas damas. Siguiendo las fiestas de carnaval, duraban hasta el jueves, llamado jueves de tornaboda, es decir, son 5 días de juegos, pero respetando el miércoles de ceniza, que era un día de guardar dentro del rito católico. Para matizar el juego de agua, con el baile, los caballeros formaban las populares patotas, que generalmente se organizaban, por edades, profesiones, estudios y actividades comerciales. Cada patrulla o patota, tenía su propia orquesta, compuesta generalmente, por un acordeón, violín, guitarras, mandolinas y algún instrumento de percusión. Con esta organización, las patotas, dirigían con antelación, solicitudes a diferentes casas, donde se congregaban las damas para poder bailar y jugar los días, lunes, martes y jueves por las tardes hasta la noche. La llegada de una patota a determinada casa, era todo un acontecimiento, porque se iniciaba el baile y el juego con talco, harina, serpentinas, pica pica y chisguetes de éter. La permanencia de cada patota en una casa era de aproximadamente 2 horas, para que otras patotas alternativamente, hicieran su ingreso a las casas respectivas con la finalidad de proseguir el baile, la diversión, los tragos y la comida típica. Por eso era costumbre que cada casa, invite a las patotas a saborear platos típicos como el picante de cuy, tamales, chicharrones, regados con la sabrosa chicha de jora, aunque ahora se bebe más cerveza. También, cada barrio, colocaban banderas con billetes, cuadrillas con pañuelos y las unshas que estaban adornadas con una serie de objetos. Para “parar” una unsha, se requería conseguir el tallo de un árbol mediano o una rama gruesa. Las unshas eran “paradas y cortadas” el jueves de tornaboda, que también era el día de la “defunción” de Ño carnavalon, quien dejaba un “testamento” para que sea cumplido por los celendinos, hasta el próximo año, cuando se celebre el nuevo carnaval. Terminaremos con una estrofa del Silulo o carnaval de Celendín: ¡Ya viene el carnavalon, silulo; después de haberse paseado por Llanguat! ¡Ya llego el carnavalito silulo! Por la cuesta de Shururo ¡ guaylulo! ¡Arriba caballo blanco, silulo! Sacame de este barrial ¡guaylulo! Por Manuel J. Villanueva Consultor Internacional Blog: www.majevic.blogspot.com

No hay comentarios: