miércoles, 19 de octubre de 2016

Incoherencias de los políticos

Ayer en forma heroica murieron tres jóvenes bomberos que dieron sus vidas para apagar un gran incendio en el Agustino. Esta lamentable perdida nos debe convocar a una seria reflexión sobre las actividades de nuestros bomberos, que dan todo sin tener ninguna remuneración por sus valiosos servicios. Es más la presidenta del congreso Luz Salgado y otros congresistas de su grupo, tienen recelo de llamarlos a estos valerosos bomberos con el término apropiado de "Héroes" Porque eso son: héroes que han dado sus vidas por un fin noble, al servicio de la sociedad. Así como se les llama héroes a los policías y militares que caen en acción de armas igual tratamiento deben tener nuestros bomberos cuando ofrendan sus vidas en estos luctuosos incendios. Ahora el gobierno tiene que otorgar una ayuda económica efectiva a los familiares de estos tres héroes bomberos y al cuerpo de bomberos, dotarlos de mejores equipos para que cumplan su abnegada labor con seguridad, rapidez y efectividad. Por otro lado, en las Bambas, Apurímac, hubo un muerto por acción represiva de la policía. Este hecho es lamentable, pero los congresistas y el ministerio del interior, solo buscan pretextos para dilatar las investigaciones, en vez de agilizar sus pesquisas que este grave hecho amerita. En vez de convocar al congreso al ministro Carlos Basombrio para que explique las causas de esta muerte, la presidente de la comisión de defensa Luciana León, lanza la imprudente acusación, que detrás de estos conflictos sociales, está el grupo islámico Hizbola. Es decir la muerte de un lugareño de Bambas aparentemente fue producto de los llamados terroristas islámicos y asi el deceso de nuestro compatriota, pasa a segundo plano en importancia, para esta congresista. Pero según fuentes confiables y objetivas, los miembros del Hizbola, no tienen ninguna presencia activa en este lugar y en ningún otro lugar del pais o de nuestro continente. En Estados Unidos, no hay presencia de terroristas islámicos que se adhieran a este grupo, segun informes de los sistemas de control del este pais. Lo que existe en Apurímac, es un grupo chiita, que es el credo confesional de este grupo, pero vincularlos a este conflicto social es algo que no resiste un simple análisis objetivo. Luciana León subestima a nuestros compatriotas que viven cerca de las Bambas, porque su mensaje da a entender que son incapaces de pensar y por eso siguen consignas que les dictan otras personas que no pertenecen a la organización que defiende sus territorios. Es decir actuarían como autómatas sin ningún tipo de reflexión, lo cual no es verdad. Esta historia de calumnias se repite. Es el mismo libreto, que utilizan los medios de comunicación y varios políticos interesados por desprestigiar la protesta social y que tratan de ahogar a sangre y fuego este tipo de manifestaciones, que suceden y sucederán, en muchas poblaciones del país, si es que el gobierno no actúa con objetividad, justicia e imparcialidad, para solucionar estos problemas que tienen su raíz en tratar de obviar la consulta previa, para favorecer grandes intereses económicos, como es el caso de las Bambas. Por eso hay muchas organizaciones y personas, que tratan de culpar a infiltrados en estos grupos. Esta es la razón principal de hacer creer a la opinión pública que hay presencia de terroristas árabes, en los andes del Perú. Es decir, solo cambian los actores, en estos infundios, pero el objetivo es el mismo, que es desinformar a la población sobre estos hechos sociales, pero en este caso con pérdida de una vida. Antes eran los "agentes de la Habana, Moscú o Pekín" quienes "estaban detrás de cualquier movimiento de protesta". Ahora es el extremismo islámico, que dirige estos movimientos sociales de reivindicación, en nuestra serranía. Es alucinante este psicosocial, por burdo y falta de originalidad, que tienen reminiscencias de la época del fujimontesinismo. Hay una vida perdida en estos enfrentamientos, entre la población civil y la policía y el objetivo del congreso debe ser investigar las causas y los responsables de este homicidio y no lanzar infundios irresponsables y poco creíbles, como el que comentamos líneas arriba. Esta provocación de la congresista aprista, es una falta de respeto a los deudos del occiso y a toda la opinión publica. Hay un responsable político y es el ministro del interior Carlos Basombrio, quien por decencia debería renunciar a su cargo. Por Manuel J. Villanueva Consultor Internacional Blog: www.majevic.blogspot.com

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