viernes, 30 de septiembre de 2016

El reto de la paz en Colombia

Después de 52 años de guerra entre el ejército colombiano y la guerrilla de las FARC-EP, el ruido de las balas parece haber terminado para siempre. Desde el pasado 26 de Setiembre, en nuestro vecino del norte, ya se respira el aire suave de la paz. La firma del acuerdo de paz, se realizó en la amurallada ciudad de Cartagena, entre el presidente Juan Manuel Santos y el líder de las FARC-EP, Timoleon Jiménez, también conocido como Timochenko. El líder de las FARC-EP, tuvo el gesto de pedir perdón al pueblo colombiano por los dolores y sinsabores que hicieron sus camaradas en este largo lapso. El solemne acto histórico tuvo como testigos al secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki Moon, al rey emérito de España Juan Carlos, a 15 presidentes de muchos países latinoamericanos, entre los cuales estaba Pedro Pablo Kuzcynski, otros altos dignatarios de varias naciones y de muchos colombianos donde todos asistieron vestidos de blancos, como símbolo de la Paz. La firma del documento se hizo con bolígrafos cuyo cuerpo era un casquillo de bala. Este gesto simbólico, significa que las balas que antes mataban ahora sirven para educar a las grandes masas que esperan una justa reivindicación social. Para llegar a este acuerdo, fueron necesarias 4 años de duras y difíciles negociaciones entre ambos bandos, que se realizaron en la capital cubana de, La Habana. También hubo una serie de gobiernos que apoyaron la concreción de este acuerdo de paz. La guerra interna colombiana, ha provocado la muerte de casi 300 mil personas y alrededor de 7 millones de colombianos han sido desplazados de sus hogares, durante estos 52 años de guerra. Pero esto es solo el inicio de este proceso de paz y queda todavía un largo camino por recorrer, donde ambos bandos tendrán que poner mucho de su parte para que la paz se consolide definitivamente. Existe una gran preocupación sobre la entrega de las armas por la guerrilla a las FFAA colombianas y como este cuerpo militar va a proteger a los ex guerrilleros en su nueva etapa de vida. Pero todos los problemas potenciales son de poca monta en comparación con lo que significa vivir en paz. Es que Colombia, en estos 52 años, ha tenido que distraer muchos recursos para dedicarlos a la represión de la guerrilla. Ahora esos recursos serán destinados a mejorar la situación política, económica y social de sus sectores más pobres. También la desmovilización de la guerrilla, significa un duro golpe a los narcotraficantes, porque las zonas de influencia de este grupo armado, donde se cultivaba y procesaba la hoja de coca, será eliminada. Pero otro tema tiene que ver con la justicia, porque se tiene que procesar a los que han cometido crímenes de lesa humanidad en ambos bandos. Es que para luchar contra la insurgencia, se crearon grupos paramilitares, que tuvieron su apogeo en el gobierno de Álvaro Uribe. Esta situación fue terrible, debido a que se practicó métodos terroristas y secuestros que tienen que ser dilucidados por la justicia. Estos episodios, además de la gran propaganda de la prensa, han producido una gran repulsa hacia los ex guerrilleros. Para redondear la faena el próximo domingo 2 de Octubre, se celebrara un plebiscito en Colombia, para saber cuántos colombianos esta por el Sí a la paz y cuantos por el No. Hay en esta contienda mucha discrepancia, porque los opositores a la paz, tienen a varios políticos y personalidades que quieren que siga la guerra. Entre estos personajes se distingue claramente al ex presidente colombiano Álvaro Uribe. Es que una apreciable cantidad de colombianos, se resiste al cambio en la situación política y social, de su país, que de todas maneras traerá este tratado de paz. A pesar de todas las contradicciones y las corrientes que existen en contra de la paz, hay el optimismo que el pueblo colombiano, respalde mayoritariamente el acuerdo de paz, recientemente firmado. Pero el coraje, la visión de futuro y la convicción tanto del presidente Santos como de Timochenko, no tienen parangón en los hechos históricos recientes. En este empeño, Santos demuestra que tiene una gran capacidad negociadora y talla de estadista, porque ha privilegiado conseguir la paz para su país. Esta opción era la única salida realista para dejar las armas de lado. Militarmente era imposible que ambos bandos, vencieran por la fuerza. Sin embargo las conversaciones y negociaciones dieron sus frutos y la paloma blanca de la paz alzo vuelo en el cielo del hermano país de Colombia. Por Manuel J. Villanueva Consultor Internacional Blog: www.majevic.blogspot.com

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