miércoles, 14 de septiembre de 2016

Celendín en su 154 aniversario

Cada vez que se celebra el aniversario de la creación de la provincia cajamarquina de Celendin, nos viene al recuerdo, la pujanza de su gente, la belleza de sus mujeres y un entorno natural que pone a prueba el tesón y la persistencia de los que moran en este bello pueblo, ubicado en las estribaciones orientales de la cordillera de los Andes. Celendín, por su ubicación geográfica, es el puerto natural del rio Marañón, del que lo separa la cordillera de Jelig. Pero la distancia en línea recta es de tan solo 25 kilómetros. Claro que es casi imposible por ahora construir un túnel que horade esta majestuosa cordillera para obviar el serpenteante tramo que actualmente se utiliza para unir Celendín, con el puerto de Balzas, a orillas del mismo Marañón. La superficie de esta provincia es de 2642 Km cuadrados y está a una altitud de 2625 msnm. La temperatura de la ciudad oscila entre cálido y frio benigno, con una temperatura promedio de l5° centígrados. Este clima es muy agradable y muchos naturalistas piensan que es apropiado para curar o mejorar la calidad de vida de muchas personas que sufren una serie de dolencias psicosomáticas. La provincia de Celendín, fue creada el 30 de Setiembre de 1862, gracias a las gestiones del coronel Juan Basilio Cortegana, celendino notable, militar insigne e historiador del Peru. Este acontecimiento se concretó durante el segundo gobierno del mariscal Ramón Castilla, cuando Juan Basilio Cortegana era diputado por Cajamarca. Celendín, tiene una serie de símbolos que lo idenfican como son el Himno a Celendín, la bandera y el escudo celendinos. La bandera es tetracolor, donde figuran el celeste, igual al bello cielo de Celendín, el blanco, que significa la transparencia de los celendinos, la paz y la pureza de su gente, el verde, simboliza, la flora celendina, constituida por una serie de vegetales como los capulíes, pajuros, lanches, nigua-nigua, alisos, quishuar, etc.; el anaranjado representa la feraz tierra celendina, que solo espera las semillas y el agua, para poder florecer. En cuanto al escudo, que tiene la forma tradicional como el escudo peruano, está conformado por un fondo celeste que es el color tradicional del bello cielo celendino, donde se ubican 12 estrellas blancas que representan a los distritos de Celendín y una cornucopia que envuelve al globo terráqueo, dando a entender lo cosmopolitas que son los hijos de este bello pueblo que andan por todos los confines del globo, desde inicios del siglo XX. De la cornucopia dorada, salen los albos y bellos sombreros de paja toquilla, que son el producto de bandera de las laboriosas manos celendinas. El prestigio que tienen estos sombreros es casi universal, porque no tienen nada que envidiarle en calidad a los sombreros jipijapa panameños o a sus similares ecuatorianos. Sin embargo, todavía existen una serie de grandes problemas que confrontan los pobladores de Celendín, relacionados con la posibilidad de alcanzar adecuados niveles de desarrollo económico, ecológico, político y social. Celendín, como muchos pueblos de la sierra, ha visto migrar a su población en los últimos 70 años. Prácticamente todos los celendinos que habitaban esta ciudad, se afincaron en otras ciudades del país, tales como Lima, Trujillo, Chiclayo. Es por esto que las nuevas generaciones de celendinos que viven en esta ciudad, están conformados por personas que han migrado a la ciudad de los distritos o de otras ciudades cercanas a Celendín, como por ejemplo Chachapoyas o Bolívar. Este fenómeno demográfico, es una gran tarea pendiente. Solo un estudio serio, académico, realizado por sociólogos, etnólogos e historiadores, podría arrojar luces para comprender mejor la naturaleza y los objetivos de estos relativamente nuevos celendinos. También, Celendín, requiere se dé una mayor atención a una serie de bellos parajes naturales y restos arqueológicos, los cuales deben ser puestos en valor para captar a una gran cantidad de turistas, que según las proyecciones de crecimiento turístico en el país, ascenderá a unos 7 millones de visitantes en los próximos 3 años. Es decir este gran flujo de turistas, pueden muy bien ir a Celendín a visitar sus bellezas, tales como la impresionante catarata de Cornelio, las ruinas de Oxamarca y los baños termales de Llanguat. Pero para poder albergar a los turistas se requiere de una adecuada infraestructura hotelera, vehicular y guías que sirvan para ayudar a los turistas en todos los requerimientos que planteen. Creemos que Celendín tiene un gran potencial por aprovechar. Por Manuel J. Villanueva Consultor Internacional Blog: www.majevic.blogspot.com

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