martes, 12 de enero de 2010

El caballero de la política

La ciencia política bien entendida y mejor aplicada, es básicamente una actividad noble, que eleva a las personas honestas que la practican y que sirve fundamentalmente para lograr la justicia, la equidad, fomentar la confianza y la mejor distribución de la riqueza, entre todos los ciudadanos, sin ningún tipo de distinción. Este enfoque, no es seguido por la mayoría de los políticos vigentes. Por esta razón, gran mayoría de nuestra población, ve con desconfianza y desdén a toda la clase política. Para corroborar este aserto, basta con ver las encuestas de opinión, donde prácticamente todos los políticos o cualquier autoridad, tienen una mayoritaria desaprobación. Esto es más evidente cuando se trata de calificar a los congresistas. Es que nuestros representantes del congreso, no tienen las calificaciones morales y la preparación idónea, para ejercer el alto cargo de congresista. Los constantes escándalos, los abusos, la deshonestidad y la poca empatía con sus electores, es prácticamente una constante y es el caldo de cultivo ideal, para alimentar los titulares de los medios de comunicación escrita, radial, televisiva e INTERNET. Esto sucede porque las personas que están en el congreso, parece que han sido elegidas, para servirse de los cargos que ostentan y no para servir a sus electores. En este contexto, la mentira, ya resulta una especie de virtud y también la llamada viveza criolla. Casi todos los políticos mienten, no cumplen lo prometido y no les importa la opinión de la población. Estas personas, se encuentran tan mareados con el poder y esta situación los anima a postular nuevamente en las próximas elecciones. Están casi seguros y confían en la mala memoria de la mayoría de peruanos, que es un habito nacional y cuyos resultados son los representantes que tenemos. Las promesas electorales incumplidas y su falta de coherencia, no es un pasivo a tener en cuenta en sus cálculos electorales. Para eso apelan a la difusión masiva de propaganda utilizando todos los medios de comunicación, especialmente la televisión, llamada con mucha propiedad la caja boba, porque adormece la capacidad de análisis de los de las personas que están pegadas al televisor. De esta forma también, se olvidan también las promesas incumplidas, la falta de honestidad y el descaro de la mayoría de nuestra clase política. A veces, para promocionar a los candidatos, los llamados analistas políticos y encuestadores, recurren también a la lógica del mal menor y a sembrar bolas para causar temor hacia para frenar la victoria de nuevas figuras políticas. Con estos argumentos, los políticos tradicionales, siempre están vigentes a pesar de su mediocridad. Esperamos que en estas próximas elecciones nacionales, regionales y vecinales, tengamos la capacidad de analizar a las personas que vamos a elegir con nuestro voto. Esto debe motivarnos a pensar que debemos delegar poder a personas que realmente merecen ser nuestros representantes. Por eso en estos tiempos, es indispensable saber escoger a la hora de dar nuestro voto. Es decir que la elección que hagamos debe centrarse en personas probas, veraces, confiables, con buenas calificaciones académicas y que tengan una trayectoria intachable en todos los aspectos de su vida y en el ejercicio de su respectiva profesión. Felizmente existen algunos ejemplos de este tipo de personas que nos pueden representar y hacer cambiar cualitativamente la visión y la misión de hacer política en el país y la region. Es decir queremos personas que se dediquen a servir al pueblo, que sean honestas con la cosa pública, que eliminen la mentira como practica y que sepan cumplir sus promesas. En este grupo de personas que tienen estas altas calificaciones podemos mencionar a Luis Cabos Yepes, porque es un hombre honesto, honrado, con una intachable hoja de vida y que ha sabido cultivar con eficiencia la sagrada misión de enseñar en muchas universidades de Trujillo, tal como la Universidad Nacional de esta ciudad.
Por Manuel J. Villanueva

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