Incentivar la creatividad

Desde la década de los 60 del siglo pasado, Japón, nos sorprende por la capacidad que tienen sus empresas de crear productos y servicios, para satisfacer las exigencias de los consumidores. Este enfoque empresarial, basado en la creatividad de los trabajadores, ha calado muy profundamente en los países industriales, sobre todo en los Estados Unidos, donde las empresas líderes, incentivan a su personal a ser creativos, pero en función del mercado. Es decir que estas empresas, impulsan políticas de creatividad, para que todo el personal se anime a lanzar sus ideas, que una vez analizadas pueden convertirse en nuevas y originales formas de hacer un producto tradicional, como por ejemplode ser un par de zapatillas o un simple trapeador. Es que la creatividad, es el motor que impulsa todo tipo de innovación, que es la piedra angular de la competitividad. Para que se den las condiciones empresariales que permitan políticas de creatividad, es indispensable contar con verdaderos líderes empresariales, con una gran visión y también con la suficiente entereza de crear mucha seguridad y confianza entre todo el personal a su cargo. Pero esta tarea no es tan sencilla como parece, pues el líder tiene que asumir esta tarea en forma continua, además de su habitual carga de trabajo. También se tiene que romper con la inercia de hacer las cosas como siempre se han hecho y han dado resultados. Este tipo de justificación, hace muy difícil, la puesta en marcha de una cultura basada en la creatividad. Sin embargo las tendencias gerenciales de las empresas que están a la cabeza en el mundo empresarial, dan mucha importancia al fomento de la creatividad entre sus miembros. Podemos mencionar como otro ejemplo, que en estos tiempos donde la tendencia a la tercerización de funciones que no añaden valor a los productos o servicios, es casi un axioma, ha surgido como oposición no dar ciertas funciones a terceros, como por ejemplo la distribución de productos. Esto es posible porque muchas veces los servicios por estas actividades hechos por terceros resultan más caros que si la misma empresa las realiza. Todo depende del tamaño, el volumen, la rapidez, la oportunidad y los costos, para definir si es o no conveniente tercerizar ciertas actividades de una empresa. Es decir el objetivo de todas nuestras empresas debe ser orientar sus políticas empresariales hacia la creatividad de su personal. Esto será muy beneficioso pues las empresas podrán mantenerse en el mercado y crecer. Es decir se trata de producir lo mismo pero de forma diferente. Además la creatividad tomada como eje de gestión, permitirá también crear nuevos productos y servicios, para satisfacer las demandas de los clientes nacionales e internacionales, en forma competitiva.
Por Manuel J. Villanueva