jueves, 24 de diciembre de 2009

2010

El año que se avecina, es el último de la primera década del actual siglo XXI. Es decir termina una década donde una serie de crisis y cambios han tenido curso, pero lo que no ha cambiado mayormente es la desigualdad social, el egoísmo y la desmedida ambición. Es decir la brecha entre los que más tienen y los desposeídos se hace cada vez más grande. Ahora nos enfrentamos a una lenta recuperación de la grave crisis económica, que estallo a nivel mundial el 2008, como consecuencia de la falta de regulación y la desmedida ambición de los grandes bancos, aseguradores y otras entidades financieras, sobretodo norteamericanas. Estas organizaciones, manejadas por gente sin escrúpulos, estafaron a cientos de miles de personas, con el tradicional cuento de la casa propia, a través de hipotecas y también de alentar el consumismo mediante las tarjetas de crédito. Esta tremenda burbuja, con deudas insolventes, estallo en la cara de estas entidades y de todo el mundo. Ahora existe otro riesgo similar en Dubai, paraíso financiero árabe y petrolero, pero que está prácticamente en bancarrota- En este país, donde el auge de la megacontruccion, ha concentrado el 67% de todo el parque mundial de maquinarias para edificaciones, casi todo está paralizado. Esto afecta también las finanzas mundiales. Pero volviendo a nuestro país, este año que nos deja, nuestro crecimiento económico, será casi cero. Al parecer este se debe a qie no se tomaron oportunamente las medidas económicas, contenidas en el plan anti crisis. Esto afecta principalmente al sector textil, agroindustrial y en menor medida a las exportaciones de minerales. Pero en estos nueve años, nuestro país, a desaprovechado la bonanza económica para realmente desarrollarse socialmente, sobre todo en los sectores de educación, salud y seguridad ciudadana. Pues con el magro 4% que se invierte en educación, poco se puede hacer. También no se ha tenido en cuenta en forma seria crear una verdadera conciencia de conservación del medio ambiente, que tiene que partir de una decisión política, para minimizar el calentamiento global y evitar la depredación de nuestras riquezas naturales, que solo sirven como materia prima para que los países ricos, las transformen en bienes industriales y tecnológicos, con alto contenido de creatividad e innovación. Estos dos factores, son los que cuentan, si se quiere verdaderamente salir de la pobreza como país y mejorar la redistribución económica a la mayor parte de nuestra población. Los grandes países nos muestran diariamente sus adelantos que son un verdadero portento. Miles de artefactos electrónicos, tales como televisores, teléfonos celulares, computadoras y robots nos causan admiración. A nosotros solo nos queda comprarlos, a pesar que en su construcción existe una gran cantidad de nuestra materia prima.
Además todo este progreso material, no viene aparejado con un real progreso moral. Es decir que el egoísmo, la ambición, la injusticia, no deben anteponerse a los valores de la solidaridad, la justicia y la equidad, si realmente queremos ser un país democratico. Esperamos que el próximo 2010, sea un año para renovar y hacer crecer lo mejor que tenemos en nuestro ser, para que podamos alentar un progreso realmente humano en armonía con la naturaleza.
Por Manuel J. Villanueva

No hay comentarios: