miércoles, 18 de octubre de 2017

La corrupción frena el crecimiento del país

Todos los gobiernos, especialmente de las últimas tres décadas, han sido los más corruptos sin ninguna duda. Esto no quiere decir que los anteriores gobiernos hayan sido menos corruptos, pero en las últimas tres décadas, ha existido un plausible seguimiento sobre los actos deshonestos de los gobiernos de esta época. Escándalos como el ‘lava jato’ que compromete a la mayoría de los políticos que han ejercido el poder es algo significativo. Esta triste realidad, ha producido un pobre crecimiento económico y social de nuestra patria. La corrupción corroe todo el tejido social de nuestra nación, en especial en el aparato estatal. En cualquier ministerio o dependencia estatal, sus empleados, tratan de imitar lo que hacen sus altos jefes o funcionarios en lo que respecta al latrocinio y al aprovechamiento deshonesto de la cosa pública. Entonces la mística de un trabajo decente y honesto en el aparato estatal desaparece por los actos reñidos contra la moral y las buenas costumbres. Aunque también los casos de corrupción se dan en las empresas privadas de todo tipo, porque son los que incentivan la corrupción mediante las clásicas coimas. Tambien en este caso los dueños o accionistas, de una organización privada, manejan sus activos con la finalidad de sacarle la vuelta al estado y a los accionistas minoritarios. Esta plaga de la corrupción, tiene una gran influencia en los rangos de la productividad. Se puede decir que mientras hay en una entidad, más corrupción, entonces la productividad disminuye en ese ritmo. Según expertos en el tema del Fondo Monetario Internacional y muchos estudios sobre este problema, la corrupción es un verdadero cáncer, que crece a costa del desarrollo de todo el país. Este aserto corrobora la encuesta efectuada por el Instituto de Nacional de Estadística e Informática (INEI), donde un 50% de peruanos cree que la corrupción es el principal problema del país, seguido de la delincuencia. Es decir más del 90% de peruanos afirman que estas dos lacras, que tienen una serie de vasos comunicantes, laceran nuestro sistema social, político y económico. Estamos inmersos en una pseudo cultura de la corrupción, que tiene la capacidad de difundir el aprendizaje a ser corrupto de muchas personas y organizaciones porque la naturaleza humana es permeable a este engendro. Entonces nuestra realidad se torna peligrosa y no sería nada raro que la delincuencia organizada apoye a la corrupción para evitar las investigaciones que comprometen a muchos ex presidentes. Recientemente en Malta, ha sido asesinada la periodista de investigación, Daphne Caruana de 53 años, por investigar casos de corrupción en esa isla a la que ha llamado ‘estado mafioso’. Los asesinos, según testimonio de su hijo, usaron un coche bomba, al mejor estilo de los terroristas de toda laya y lugar. Según los investigadores de este lamentable asesinato, la periodista Caruana, estaba cerca de descubrir un importante caso de corrupción que hubiera comprometido al gobierno maltes. Todos los indicios apuntan a señalar a las personas influyentes del estado comprometidas en casos de corrupción, como los autores intelectuales. Esta es una manera criminal de frenar las investigaciones por corrupción. Pero, la corrupción es una grave lacra que no deja a los países levantar su crecimiento económico y social. Por eso, mientras más corrupción haya, menor será nuestro crecimiento económico y con ello se precarizaran aún más los servicios de educación, salud, seguridad, justicia y previsión social. Es que cuando los funcionarios públicos reciben las coimas para dar el visto bueno de cualquier obra de infraestructura o compra de equipos e insumos de todo tipo, se está penalizando la calidad de estos proyectos, equipos e insumos. También los actos de corrupción, son la puerta de entrada fácil, para aprobar los constantes incrementos de estas obras o compras. Es decir una carretera, como la interoceánica, que se presupuestó inicialmente por 800 millones de dólares, sale costando al final 4000 mil millones de dólares o sea 5 veces su monto inicial. El aumento exagerado de cualquier obra a través de las adendas, son consecuencia de los manejos sucios entre las empresas ganadoras y los altos funcionarios públicos, incluidos ministros y presidentes de la república. Si las obras y compras estatales, se hicieran en forma limpia y honesta, abrían miles de millones de dólares, que en vez de enriquecer a los funcionarios y gobernantes, servirían para mejorar la calidad de la educación, salud, seguridad, justicia y brindar los servicios de agua y desagua para millones de compatriotas, que no cuentan con estas facilidades. Se calcula que anualmente el país pierde más de 10 mil millones de dólares por actos de corrupción. Si parte de este monto se invirtiera en mejoramos la calidad de nuestra educación, incentivamos la creatividad e innovación de toda nuestro estamento educativo, para progresar. Este enfoque tendría como pilar a los profesores de todos los niveles educativos, pero bien calificados y remunerados adecuadamente. De igual forma otra parte de este dinero, podría servir para mejorar todo el aparato de los servicios de salud. En este caso habría plata para construir más hospitales, tener inventarios de medicamentos de calidad para todos los enfermos y mejores sueldos para los médicos y para médicos. También habría dinero para tener un poder judicial más justo y confiable. La administración de justicia, es fundamental para el desarrollo del país, porque crea confianza y seguridad entre todas las personas e instituciones que acuden a este poder en busca de justicia. Entonces el gobierno tiene que dar la iniciativa de luchar contra la corrupción, que es la verdadera causa de nuestro atraso económico, político y social. Tener un aparato estatal conformado por personas honestas y honradas debe ser la meta de este gobierno. Por Manuel J. Villanueva Consultor Internacional Blog: www.majevic.blogspot.com

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