miércoles, 11 de enero de 2017

Las amenazas de Trump y las inversiones

Donald Trump, un multimillonario metido a político tiene un lenguaje desenfadado y provocador. Casi todos sus propuestas y amenazas, son divulgadas en su mayoría, por Twitter y tienen objetivos definidos llámese empresas, países o personas. Esta forma de comunicarse es original y nada tiene que ver, con las declaraciones de otros políticos no solo de su país sino del resto del mundo. Esta forma de hacer sus declaraciones le ha valido ganar la presidencia de EEUU. Trump no deja títere con cabeza, si alguien lo critica o ataca, responde inmediatamente. Su lenguaje provocador, siempre causa asombro y rechazo en la mayoría de personas que están relacionadas con el quehacer político, en su país y en el mundo. Desde las pasadas elecciones de su país. Trump, es noticia en todos los medios a nivel mundial, a tal punto que la revista TIME, lo declaro como el hombre del año 2016. Sin embargo, su personalidad y estilo agresivo y directo ha convencido a una gran cantidad de sus compatriotas que quieren tener la seguridad que EEUU volverá a ser la gran potencia que para muchos ha dejado de ser. Pero en el aspecto de las inversiones, Trump, ha puesto sobre el tapete, su política proteccionista, para que las grandes empresas manufactureras vuelvan al suelo norteamericano. De esta forma millones de estadounidenses desempleados podrían acceder a un puesto de trabajo en las futuras empresas manufactureras del ramo automotriz y electrónico principalmente. Trump ha sido muy claro en el tema de las inversiones. Quiere que empresas como Ford, GM, Toyota, Apple y FIAT, inviertan miles de millones de dólares en construir sus instalaciones fabriles en suelo norteamericano, en vez de hacerlo en China o México. Esta contundente declaración ha tenido éxito en la mayoría de empresas, que están dispuestas a invertir en los EEUU. Esta forma de hacer política de inversiones, es una buena lección para muchos gobernantes y políticos de todos partes que sostienen lo opuesto. Es decir estas personas, predican el sumo respeto a las inversiones para no ahuyentarlas. Eso pasa en nuestro país, donde en forma timorata muchos políticos, instituciones financieras y medios, nos hacen creer que a las inversiones se les debe dar el oro y el moro. Pero esta política de “dejar hacer y dejar pasar” solo trae al país muchas pérdidas tanto en su soberanía como en mejorar las condiciones de negociación con los inversionistas extranjeros principalmente. Trump en este respecto da una lección al mundo, para sacar el mejor provecho de las inversiones que puedan llegar a nuestras tierras. Si un estado o país, se pone fuerte en sus negociaciones con los inversionistas, se puede sacar muchos beneficios en favor del país. Además esta forma de negociar reduce la posibilidad de los casos potenciales de corrupción. En otras palabras el capital va donde haya mercado, como es el caso norteamericano o materias primas como es nuestro caso y el caso de muchos países no tan desarrollados industrialmente. Esta es nuestra gran fortaleza que debemos tener presente a la hora de negociar con potenciales inversionistas foráneos o nacionales. En este sentido, Trump ha sabido captar las urgencias de la gran mayoría de personas de su país, que no tienen un trabajo seguro, sobretodo de la población blanca que habita en el campo y en las ciudades que antes alojaron a muchas fábricas de manufactura. Pero la desindustrialización de los EEUU, ha causado una serie de problemas sociales en esta potencia política y financiera. Las grandes corporaciones como Ford, Apple, General Motors, han hecho grandes inversiones en China y México, para establecer en estos países sus instalaciones industriales. Es que los grandes estrategas corporativos han buscado en otros países, como China o México, mano de obra calificada y barata, con relación al costo de la mano de obra similar en los EEUU, para ser muy competitivos en el mercado mundial. Por eso, desde la década de los 90 del siglo pasado, EEUU ha experimentado el desmembramiento de sus grandes instalaciones fabriles que han sido instaladas en Asia o centro América. Desde esa década, los norteamericanos, se han volcado a crear riqueza a través de la especulación y los servicios. Según muchos expertos los EEUU se han convertido en un gran casino o una mega bolsa de valores, dejando el sector productivo a otros países como China, Corea o México. Esta situación ha dejado a millones de norteamericanos sin trabajo y condenados a la pobreza extrema. Esta es la situación actual de los EEUU y Donald Trump, como presidente de este gran país, trata de dar un giro de 180 grados para beneficiar a millones de desempleados a través de la creación de empleos productivos, hechas en suelo norteamericano, por millonarias inversiones de capital proveniente de los mismos EEUU, Japón, Europa y otras naciones. Por Manuel J. Villanueva Consultor Internacional Blog: www.majevic.blogspot.com

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