lunes, 8 de junio de 2015

La izquierda que el país demanda

Muchas son los análisis sobre el futuro de la izquierda peruana, de cara a las próximas elecciones presidenciales del 2016. A pesar que las encuestas no le dan ninguna posibilidad a la izquierda, esta tendencia es potencialmente muy fuerte porque encarna con mayor claridad las aspiraciones de casi todo el electorado. Pero las divisiones, los egoísmos y el afán de figuración de muchos de los llamados dirigentes de izquierda hacen que esta fuerza no capte una gran cantidad del electorado. Recientemente se han organizado dos frentes de izquierda, donde abundan los políticos que tienen muchos años de recorrido en estas lides y que solo aspirarían a conseguir una curul en el próximo congreso o en aliarse con cualquier fuerza política tradicional para así medrar y tener presencia política. Sin embargo esta forma de alianzas son muy frágiles. Solo cabe recordar el apoyo que dio la izquierda a la candidatura de Ollanta Humala, apoyando primero la gran transformación y luego la hoja de ruta, pero los resultados están a la vista. Humala, gobierna con los mismos parámetros económicos y políticos que García, Toledo o Fujimori, que fueron gobiernos de derecha. Es decir los grandes ejes de la política económica son inamovibles desde el gobierno de Alberto Fujimori. Con esta forma de gobierno nada ha cambiado sustancialmente en el país. Los graves problemas que representan la inseguridad ciudadana, la creciente corrupción, la agresión permanente del medio ambiente y la falta de personalidad política del gobierno para ser el que rige los destinos del país, hacen que muchas personas se encuentren desilusionadas con esta praxis política. De acuerdo a todas las encuestas los candidatos con más intención de voto para alcanzar la presidencia son las mismas personas que conocemos desde hace mas de 50 años, con la excepción de Keiko Fujimori, que es una joven de 40 años, pero con los mismas virtudes y defectos de los políticos como García, Toledo y PPK. Pero si nos atenemos a la última elección presidencial, estos tres candidatos apoyaron abiertamente en la segunda vuelta a Keiko Fujimori, que obtuvo el 48% de la votación, con un 52% a favor de Ollanta Humala. Este escrutinio, nos hace ver que hay un 52% de votantes, que están a la espera de un nuevo rostro, con ideas nuevas y con carisma para hacer la diferencia. Este gran electorado, puede muy bien ser atraído por una propuesta de izquierda, pero que sea liderada por gente nueva y que reúna además de conocimientos políticos, económicos y ecológicos, una intachable hoja de vida, que garantice su honestidad y honradez. Se vocea como estos potenciales candidatos a Verónica Mendoza, actualmente congresista por el cusco de 34 años, Marisa Glave, que fue regidora de Lima, en la gestión de Susana Villarán, Sergio Tejada, también congresista y Eduardo Zegarra. Todos estos cuatro potenciales candidatos son menores de 40 años y tienen una buena reputación ajena al cabildeo, a las componendas y que también reúnen una gran preparación política y económica. Según otros especialistas, la izquierda si quiere triunfar en las próximas elecciones también tiene que cambiar su visión política, apostando por las grandes mayorías que viven en las ciudades tales como Lima o Trujillo y que son ajenas al movimiento sindical. Más bien son personas que trabajan por su cuenta pero que carecen de un efectivo apoyo para crecer y consolidarse económicamente. Otro aspecto es la solución del grave problema de la seguridad ciudadana y la posibilidad de que el estado sea más infiltrado por el narcotráfico. En este rubro, algunos partidos tradicionales están manchados por esta lacra. Además, la nueva izquierda con nuevos rostros tiene que atacar el grave problema de la corrupción, pero de raíz. Los anteriores gobiernos están comprometidos con actos de corrupción y muchos de sus líderes están en prisión o son procesados penalmente en la actualidad. Este hecho es realmente una vergüenza nacional. Es hora de la juventud y todos los añosos políticos de izquierda deben hacer un gesto de desprendimiento, renunciando a sus apetitos personales en aras de una nueva era no solo en la izquierda sino en toda la política peruana. Por Manuel J. Villanueva Consultor Internacional Blog: www.majevic.blospot.com

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