miércoles, 10 de agosto de 2011

Al borde de una nueva recesión mundial

La volatilidad de los mercados de valores a nivel mundial, de los últimos días, demuestra que la economía mundial se esta ralentizando. También la ola de violencia que azota a muchos países, tales como Inglaterra, Siria, Israel, tiene un componente muy ligado al futuro económico de estos países. En Europa, los países mas sólidos, como Alemania y Francia, hacen anuncios de fuertes ajustes fiscales y despidos de personal de sus grandes empresas. Este panorama económico, también nos afecta, pues nuestra bolsa de valores junto a la de muchos países latinoamericanos, dan resultados negativos debido a la gran incertidumbre y volatilidad de las economías más ricas, tales como los Estados Unidos, China, Japón. A pesar de los anuncios de Ben Bernanke, mandamas de la Reserva Federal norteamericana, de mantener las tasas de interés a casi cero, hasta el 2013, la desconfianza entre los inversionistas crece. Además, entra en juego dentro de este escenario la baja de calificación de la deuda norteamericana, el creciente desempleo y el casi paralizado consumo. Muchos políticos, sobretodo norteamericanos, creen que la solución está en un nuevo enfoque de la política exterior de su país. Hasta los republicanos, quieren que Estados Unidos, dejen de ser el guardián mundial y para eso se tiene que salir de Irak y Afganistán, pues los costos económicos son muy elevados. Estas críticas sobre la misión hegemónica norteamericana, antes eran dichas por los adversarios políticos del tío Sam Otro grupo de ideólogos y economistas, piensan que esta crisis, se debe a la falta de liderazgo y ausencia de voluntad política para resolver esta tormenta económica. Pero todas las medidas, tales como la de inyectar de liquidez a los mercados, es solo un paliativo. De esta forma solo se prolongara la agonía en que se encuentra la economía mundial. Si esta situación persiste, en un futuro mediato, el mundo entraría en una nueva recesión, que afectaría a todos los países del mundo. Además, el refugio que buscan los inversionistas en el oro y la disminución del precio de muchos commodities, tales como el cobre, zinc y el petróleo, demuestran que los países que realmente producen bienes, como China, India y Brasil, han tomado una posición conservadora en lo referente a sus planes futuros de exportación de productos fabricados y con alto contenido tecnológico y de mano de obra calificada de estas naciones. La disminución de este consumo de materias primas, nos puede afectar directamente. A pesar de la solida situación económica de nuestro país y de su sostenido crecimiento, en este contexto inmediato, no nos escaparíamos de sufrir las consecuencias de una posible recesión mundial. Estamos caminando al borde de un precipicio y por eso es necesario que el gobierno y los agentes económicos peruanos, tengan la claridad para tomar las mejores decisiones que nos permitan remontar esta crisis. No debemos repetir como un eco, lo que se está haciendo en otros países, sino debemos buscar ideas innovadoras que solventen en la mejor forma esta situación y pensando también en la inclusión social. Una de las salidas es fortalecer las inversiones en las pequeños y medianas empresas y también en darle mayor valor agregado a nuestras materias primas. Para eso si se necesita de una verdadera voluntad política y de un genuino liderazgo, para aprovechar mejor las posibilidades que todavía ofrecen los mercados que necesitan de nuestra variada producción.
Por Manuel J. Villanueva
Ingeniero

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