sábado, 13 de enero de 2018

El clan fujimori

Es realmente una tragicomedia la que desarrollan cotidianamente los fujimoris, con anuencia de todos los medios y de gran parte de la ciudadanía. Las aparentes peleas entre los hermanos Keiko y Kenji, convocan la atención de los medios en forma desmesurada. En este sainete fratricida, intervienen una serie de voceros, especialmente de parte de Keiko, que hacen el trabajo de denostar a Kenji y sus llamados ‘avengers’. Es decir que más temprano que tarde, los llamados voceros que no son parte de la familia, quedaran desautorizados y fulminados, cuando los hermanos se amisten con participación de papa Fujimori. Este aserto tiene fundamento, porque siempre en líos familiares, los advenedizos que sacan la cara por alguna de las partes, son desautorizados cuando estos familiares se amistan, tarde o temprano. Tambien es alarmante que el ex reo Alberto Fujimori, haga política partidaria después del indulto, lo cual desmiente la gravedad de sus dolencias por las que consiguió el llamado indulto humanitario concedido por Kuczynski. Pero el indulto no borra, las causas por las que Fujimori tuvo que purgar carcelería. Es decir los cargos de robo agravado, crímenes de lesa humanidad, siempre quedaran en su historial. Por eso llama la atención que Fujimori, tenga todavía muchos adeptos, que es una aberración, porque su vida pública es más negra que blanca. Supongamos que Fujimori, para un buen sector de la ciudadanía, haya sido el mejor presidente, porque derroto a la hiperinflación aprista y al terrorismo y que sus métodos sanguinarios, para derrotar al terrorismo, no sean tomados en cuenta, a pesar que murieron varios inocentes. Pero hay muchos hechos comprobados de su falta de cariño, coraje y apego al Perú. En primer lugar renuncio por Fax a la presidencia del país, engañando a todos nosotros porque salió del país, con autorización del congreso para asistir a una cita cumbre de la APEC, que se realizó en Brunei. Luego de finalizada esta reunión internacional, tenía la obligación de regresar al país, pero se fue al Japón, huyendo de sus responsabilidades como presidente de la república. En esa ocasión, se dirigió al Japón, porque también tiene nacionalidad japonesa. Esta doble nacionalidad poco conocida por la ciudadanía es una afrenta y un engaño al pais, porque para ser presidente, que es un alto honor, la persona elegida, debe tener como única nacionalidad la peruana. En su estadía en el pais del sol naciente, Fujimori, se metió a la política japonesa, a pesar de haber sido presidente de nuestro país. En Japón, postulo para ser diputado, a la Dieta japonesa, que es el congreso nipón, por un partido de extrema derecha y perdió en la votación para este cargo público. Su poco carisma y otros métodos de elección, diferentes al peruano, jugaron en contra de sus ambiciones de ser un diputado japonés. Esto es condenable porque Fujimori no respeto la alta investidura de haber sido presidente. Sin tener en cuenta este alto cargo, se rebajó y humillo para candidatear como congresista japonés. Si en otros países como Chile, Colombia o México, Fujimori hubiera hecho lo mismo, estos pueblos lo rechazarían de plano, porque no supo respetar al país y a sus habitantes. Además si a esto le agregamos los grandes robos al erario público perpetrados con su compinche Vladimiro Montesinos, entonces veremos que todas sus buenas acciones de gobierno fueron borradas por estos actos de corrupción y falta de amor al pais. Fujimori remato casi todas las empresas públicas sin tener en cuenta una seria evaluación para conseguir los mejores los precios de estas entidades. Por ejemplo, remato las empresas de telecomunicaciones Entel Perú y CPT, a Telefónica, por solo 2002 millones de dólares, cuando su precio en el mercado en esa época, era de casi 20 mil millones de dólares. Esta privatización de los servicios telefónicos, fue la que capto más dinero, en comparación a las demás privatizaciones. Ahora con el escándalo de Odebrecht, se confirma que en este tipo de negocios siempre hay margen para la corrupción y el robo en detrimento del país. Si nuestra población tendría más identidad nacional y cariño por el Perú, Fujimori papa y sus hijos, serian rechazados en forma rotunda. Por eso da vergüenza ajena que estemos inmersos en los líos familiares de estos ciudadanos más japoneses que peruanos, que solo piensan en sus propios intereses que son muy distintos al interés nacional. Ojala la gente reaccione y tenga un juicio crítico para que esta negra página de la historia del Perú, sea revertida por la voluntad general de todos los pueblos de nuestro país. Ahora los fujimoristas se rasgan las vestiduras para ser leales a uno de los tres fujimoris cuando el camino debe consistir en ser leales y querer más a nuestro país. Además hay muchos problemas por resolver, como la inseguridad, la falta de empleo, la deficiente calidad educativa y de los servicios de salud, que son de perentoria solución. Por Manuel J. Villanueva Consultor Internacional Blog: www.majevic.blogspot.com

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