viernes, 22 de septiembre de 2017

La guerra de insultos y diatribas al borde del holocausto nuclear

Parece que algunos líderes mundiales como Donald Trump o Kim Jong-un, no toman en cuenta a los países y sus poblaciones, de todo el mundo, cuando hacen de la retórica un medio de insulto y amenazas, que ponen en riesgo la paz mundial. No se trata de un problema de adolescentes sino de hombres que tienen en sus manos la responsabilidad y la posibilidad de hacer que el mundo estalle, en pedazos. O sea que toda nuestra civilización y logros se destruirían por causa de líderes paranoicos e irresponsables. Una guerra atómica, llevaría a lo que queda de la humanidad, a la época de las cavernas, tal y como lo pronostico el eminente físico Albert Einstein. Por un lado Donald Trump, en su reciente discurso ante la Asamblea General de la ONU, amenazo a Corea del Norte, con destruirla completamente, es decir borrarla del mapa. En esta ocasión Trump llamo a Kim Jong-un 'suicida hombre cohete'. Que tragedia que esto suceda en un foro mundial como es la ONU y ante los ojos del mundo. Es que este presidente no se da cuenta que con sus bravatas, pone en riesgo no solo a toda la población de la península de Corea, incluida en este espectro a los coreanos del sur y a más de 30 mil soldados norteamericanos y sus familias, sino a decenas de millones de japoneses. También pone en peligro a millones de norteamericanos, que podrían ser bombardeados con bombas nucleares. Donald Trump, ha usado este foro mundial, que fue creado para preservar la paz mundial y cuya misión es hacer que las naciones privilegien el dialogo antes que la confrontación en sus desencuentros. Por otro lado la respuesta de Kim Jong-un no se ha hecho esperar y a llamado a Trump, 'viejo chocho y loco' que será domado con el poder de sus bombas de hidrogeno. Es más el ministro de relaciones exteriores de Corea del Norte, Ri Yong Ho, ha dicho que como respuesta a los insultos de Donald Trump, su país, probara una bomba de hidrogeno en el océano Pacifico. Esta detonación, si se hace, contaminara mucho más el agua y el aire de gran parte de esta zona marina, con graves consecuencias para muchos países. También provocara la muerte de gente inocente, pescadores, marinos mercantes, lugareños y ocasionara una gran lluvia radiactiva, que recorrerá gran parte del mundo, causando una serie de enfermedades entre la población, sobre todo quemaduras de primer grado y diferentes tipos de cáncer. Sin embargo, nadie en el mundo, sale al encuentro de estos dos mandatarios, para llamarlos a la reflexión y a que usen las mejores maneras civilizadas que sus constantes ataques, que no hacen más que echar gasolina de alto octanaje a la incipiente braza nuclear. Es que el uso de la energía del átomo para fines bélicos, cambia diametralmente el concepto de guerra, porque ya no es el enfrentamiento de dos ejércitos, formados por soldados jóvenes y bien armados, sino que involucra a la población civil en su mayoría. En este escenario, morirían, millones de niños, mujeres, ancianos y también soldados. Casi todos los expertos occidentales sobre todo norteamericanos, están convencidos que, el desarrollo nuclear norcoreano, es sofisticado y ya han alcanzado la miniaturización de sus bombas nucleares, con la finalidad de ser montadas en los diferentes tipos de misiles, especialmente los de gran alcance. Esto significa que los norcoreanos, pueden lanzar una bomba de hidrogeno que alcance las grandes ciudades de los Estados Unidos. En el hipotético caso que esto suceda, los norteamericanos tienen pocas posibilidades de interceptar un cohete intercontinental con una ojiva nuclear, antes que detone en algún objetivo en tierras de Estados Unidos. De igual forma la pequeña norcorea, no tendría la posibilidad de interceptar los misiles de Estados Unidos, con ojivas termonucleares. Es decir existe un entrampamiento estratégico, que las personas ponderadas de ambos países y de otras potencias, deben sopesar para no provocar un holocausto nuclear. Además la opinión publica mundial, permanece impasible y todavía no hay un gran movimiento de masas, para defender la vida en nuestro planeta y su ecología. Es decir estamos siendo llevados de nuestras narices por estas potencias nucleares y no atinamos a reaccionar. Si nos diéramos cuenta del peligro que corre nuestra sobrevivencia, quizás, reaccionaríamos con una respuesta contundente para defender nuestras vidas y nuestro habitat. Haciendo una evaluación del comportamiento de ambos líderes, el que tiene mayor responsabilidad de esto es Donald Trump, por ser el presidente de la primera potencia económica, militar y nuclear del mundo. Su alta responsabilidad, lo debe conducir a realizar una política más objetiva, sensata, realista y buscando la paz con igualdad de derechos y responsabilidades para ambos países. La única salida, es que ambas naciones y también Corea del Sur, Japón y China, se sienten en una mesa de negociaciones, con el afán de buscar un acuerdo de paz que es lo más conveniente para todos estos países y para la armonía de todas las naciones del globo. Es que lo que sustenta las precarias relaciones en la península coreana es un armisticio entre Corea del Sur y Corea del Norte. Esto quiere decir que ambas naciones están técnicamente en un estado de guerra. Por eso los norteamericanos tienen en suelo de Corea del Sur, diferentes bases militares que alojan a más de 30 mil soldados listos para entrar en combate con los norcoreanos. Otro punto sensible son las constantes maniobras militares que los ejércitos de Estados Unidos y Corea del Sur, realizan frecuentemente casi en la misma frontera con Corea del Norte. Estas maniobras militares, son a todas luces, una provocación al país de Kim Jong-un, que hace todos los esfuerzos para contar con un ejército bien armado convencionalmente y ahora dotado de bombas atómicas y de hidrogeno. Por Manuel J. Villanueva Consultor Internacional Blog: www.majevic.blogspot.com

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