El espectro electromagnético

El espectro electromagnético es un recurso natural, como la tierra, el agua, el aire y todos los bienes que existen en la Naturaleza. Es el conjunto de todas las longitudes de ondas de la radiación electromagnética. Este espectro se extiende, desde las bajas frecuencias usadas en la radio moderna, siendo el extremo máximo la onda larga, hasta los rayos gamma, que es el extremo de la onda muy corta. Las longitudes de onda pueden cubrir miles de kilómetros, hasta la fracción de la dimensión de un átomo. Pero este recurso natural, está muy relacionado con nuestros hábitos cotidianos, porque mediante su utilización, de ciertas frecuencias, nos podemos comunicar, pasar ratos divertidos, estudiar, escuchar música, noticias ver películas, espectáculos deportivos y hacer negocios. Para eso existen estaciones de radio, televisión, teléfonos de todo tipo y la red de redes Internet. Este espectro está clasificado de acuerdo a la longitud de onda, como las ondas de radio, microondas, infrarrojos, visible que percibimos como luz, rayos X, rayos ultravioleta entre otros de acuerdo con su frecuencia, longitud de onda y energía que llevan. Las ondas de radio, se usan mediante antenas de tamaño apropiado, para transmitir de datos mediante la modulación. Sin embargo en el rango de ondas de radio y microondas, muchas grandes empresas de telecomunicaciones, televisión y radio, las utilizan y con ello hacen un gran negocio a costa de los miles de millones de usuarios de todo el mundo. Casi todos usamos por ejemplo un teléfono celular, Internet, un aparato de televisión o radio, que propalan una serie de programas, todo tipo de información, que son transportados, codificados y decodificados, usando este espectro. Realmente estamos en una verdadera revolución de las comunicaciones, siendo el teléfono el dispositivo más importante de esta tendencia. El teléfono, inventado por Alexander Graham Bell, ha transformado las áreas sociales y económicas de toda la sociedad global. Ahora esta innovación tecnológica, se ha visto catapultada por la incursión de Internet. Este medio, es ahora de dimensiones planetarias y hay más de 2 mil millones de usuarios en todo el mundo. Sus proyecciones de crecimiento son muy importantes porque incentiva la comunicación de las sociedades, genera un nuevo mundo de negocios y sirve como eficiente auxiliar para el estudio y el entretenimiento. En nuestro país como en otros, las organizaciones dedicadas a las telecomunicaciones son muy grandes tanto por su tamaño, como por las significativas utilidades que recaudan anualmente. Sin embargo, no hay un efectivo control sobre el manejo de estas empresas, que lucran con el cobro que hacen a todos los usuarios. Es más las tarifas que cobran por el uso de Internet, televisión por cable y los teléfonos celulares son muy altas. Como la información es poder, las empresas de telecomunicaciones, emprenden una serie de campañas, ofreciendo más ventajas a los usuarios, pero cobrando más por sus servicios. El usuario, en este caso está casi desarmado porque no tiene toda la información necesaria, para poder evaluar si las ofertas presentadas por estas empresas son plausibles o no. Es realista que las empresas ganen y recuperen sus inversiones en toda la infraestructura instalada, como antenas, estaciones de telecomunicaciones, cables de fibra óptica y satélites de comunicaciones, pero que no solo piensen en exprimir al usuario sino en dar un buen servicio con una facturación realista. La tendencia felizmente es que en el mediano plazo, todos estos servicios serian gratuitos para los usuarios, como es ahora la sintonía de los aparatos de radio y televisión pública. Para alcanzar este objetivo que tiene que ser mundial, es necesario un acuerdo global a través de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT). Es que el espectro electromagnético, como recurso natural pertenece a todos los países y a las personas y por eso no se debería hacer grandes negocios a costa de los usuarios. Está en manos de las entidades encargadas del control de estos servicios, pedir rebajas sustanciales por el uso de estas redes. También los congresistas en vez de estar obstruyendo la labor del ejecutivo, deben avocarse a crear las leyes necesarias para que los servicios de las telecomuniciones bajen sus tarifas en forma sustancial. Por ejemplo los precios de los teléfonos celulares y las computadoras personales y otros bienes electrónicos de uso general, cada día bajan sus precios y en esta proporción también deberían bajar las tarifas que cobran las empresas de telecomunicaciones. Con el uso de Internet, prácticamente las distancias geográficas han desaparecido en forma sustancial. Lo que viene en este campo es muy prometedor y revolucionario. Para este nuevo cambio debemos estar preparados. Por Manuel J. Villanueva Consultor Internacional Blog: www.majevic.blogspot.com