jueves, 23 de marzo de 2017

Lecciones sacadas de esta tragedia climática

Las torrenciales lluvias que azotan la costa del país, principalmente en la región norte, comprendida los departamentos de Tumbes, Piura, Lambayeque,la Libertad y Lima, provocan huaycos, aniegos y otras calamidades, que afectan a millones de personas. Son más de 75 muertos igual número de desaparecidos, centenares de personas lesionadas y pérdida de cosechas, infraestructura y conectividad, que ha causado hasta el momento este fenómeno climático. El estado es incapaz de solucionar la serie de problemas que trae consigo este desastre, a pesar de sus buenas intenciones y el apoyo logístico de las FFAA y la ayuda internacional. Pero si nos remontamos a la historia, antes de la llegada de los españoles, los pueblos originarios, como los moche, los chimú, los lima, los caral y luego los incas, supieron domeñar y sacar provecho de este evento climático, llamado ahora 'el niño costero'. Estos fenómenos del Niño, se han presentado en nuestro país, desde hace más de 40 mil años, pero eran causados por eventos metereologicos naturales y no como ahora que es provocado por el cambio climático incentivado por la actividad humana. En primer lugar todos los asentamientos humanos no se localizaban en quebradas o partes planas sino en laderas y crestas de los cerros. Por ejemplo los restos de la ciudad de Caral, cercana a Huarmey, no ha sufrido ningún deterioro por este fenómeno del 'niño costero', como el experimentado en esta ciudad, que se ha convertido en una laguna y hay mucha destrucción de infraestructura, en esta area y sus alrededores. En Trujillo, Chan Chan, la ciudad de barro más grande del mundo, herencia de los Chimus, tampoco ha sufrido el embate de los huaycos y aniegos, como los que experimenta esta moderna ciudad. Esto significa que nuestros antepasados supieron interpretar, prevenir y respetar los eventos meteorológicos, para no sufrir sus consecuencias fatales como ahora. La red de caminos que en tiempo de los incas alcanzo la longitud de 40 mil kilómetros, nunca fueron interrumpidos, como ahora, por huaycos, lluvias u otros eventos climáticos. Es que los caminos del inca se construían en las alturas de los Andes y siguiendo el divortium acuarium de estas estribaciones. Se dice que el inca, que gobernaba desde el Cusco, jamás sufrió desabastecimientos de productos costeños y marinos. Más bien los huaycos, eran aprovechados por estos sabios habitantes, desde su inicio, haciendo que todo el lodo, se canalizara a sus tierras de cultivo formadas principalmente de andenes. Es que el lodo, servía como abono y nutrientes para tener mejores cosechas. También el agua sobrante, se filtraba naturalmente y era cristalina, que se almacenaba en cochas y puquios aptos para el consumo humano y animal y el riego de sus cultivos. Ahora el estado ha sido reducido a su mínima expresión, siguiendo las pautas del sistema neoliberal, es incapaz de resolver los múltiples y graves problemas acaecidos durante este 'niño costero'. Es que de acuerdo con esta ideología, hay que dejar todas las tareas económicas y comerciales, en manos del sector privado y de acuerdo a las fuerzas del mercado. En este enfoque, el estado solo debe avocarse a recaudar impuestos, velar por la seguridad del país, parte de los servicios de salud y de las actividades educativas. Pero vemos que en este caso de grandes calamidades, nuestro estado no funciona adecuadamente. Sin embargo en nuestro país vecino del Ecuador, que también sufren los embates del ‘niño costero’ las pérdidas de todo tipo han sido mínimas. Según Rafael Correa, presidente de este país, casi todos los problemas que trae consigo este fenómeno fueron mitigados gracias a que existe una buena planificación para la gestión de desastres de todo tipo. De acuerdo con los expertos, este fenómeno seguirá azotando al país gran parte de este año y se replicara con más fuerza en el 2018. Pero si hubiera un paréntesis de estas ocurrencias meteorológicas, nuevamente las quebradas y tierras no aptas para viviendas, se poblaran de habitantes, incentivados por los traficantes de tierras, a vista y paciencia de las autoridades. Es decir volveremos a lo mismo. Pero si se presentara un nuevo evento de cualquier modalidad, del fenómeno del Niño, habrán más muertes, desaparecidos, heridos y pérdidas importantes de infraestructura, viviendas y otras instalaciones. Se calcula, que para solucionar los daños causados por este fenómeno recientemente, será necesario invertir 10 mil millones de dólares. Gran suma de dinero, que atraerá a los grandes corruptos, para robar parte de este monto. Así ha funcionado y funciona lamentablemente nuestro país y todavía no aprendemos de la sabiduría de nuestros antepasados, para resolver estas calamidades. Entonces ahora nos toca mirar al futuro, para reducir el impacto de estos fenómenos climáticos que lamentablemente se repetirán con mayor frecuencia. Es hora de hacer una profunda reforma del estado, para asignarle nuevamente muchas tareas que le fueron sustraídas desde tiempos de Alberto Fujimori, como es tener un organismo autónomo de Planificación. También, se debe organizar a la población para que no vuelvan a ocupar quebradas y espacios por donde pasarían los futuros huaycos. Otro tema importante es ejecutar una serie de obras civiles e hidráulicas para canalizar los cauces y quebradas por donde han de pasar los huaycos y riadas, para evitar que inunden ciudades como Trujillo, Piura, Huarmey, Tumbes y algunas zonas de Lima. Por Manuel J. Villanueva Consultor Internacional Blog: www.majevic.blogspot.com

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