viernes, 8 de julio de 2016

El informe Chilcot y las mentiras oficiales

Existen pruebas contundentes que confirman, el alto nivel de desinformación y mentiras que utilizan los gobernantes, políticos y los llamados poderes facticos, para neutralizar con falsedades las lógicas protestas, rechazo o disconformidad de la opinión pública, de todos los países. Porque si los ciudadanos de a pie, conocieran la verdad de los hechos muchos gobernantes y políticos, quedarían, no solo, mal parados por mentirosos y desinformadores, sino que los arruinaría políticamente para siempre. En esto, tiene sentido que “la información es poder”, pues los que conocen la verdad de las cosas, como son los que gobiernan un país, los medios y otras instituciones, pueden manipular a su antojo la verdad de los hechos para trocarlos con medias verdades o mentiras a fin de sacar ventaja a su favor, pero en flagrante perjuicio de los intereses nacionales y de las mayorías. En nuestro país también las personas que detentan el poder político o económico en connivencia con muchos medios, mienten descaradamente a los ciudadanos con la finalidad de ocultar muchas verdades, como por ejemplo, la contaminación ambiental producida por las industrias extractivas o la sobrepesca que atenta contra la biomasa de nuestro mar. Estas burdas patrañas, no solo tienen como objetivo la contención de los reclamos del publico sino que su propagación causa la muerte de miles de personas, sin que los responsables políticos sean procesados por estos crímenes. En estos días hay un verdadero escándalo internacional, con la reciente salida del “intorme Chilcot”, sobre la guerra de Irak, que tuvo lugar en el 2003. Este informe fue preparado por un grupo de investigación inglés, que durante 7 largos años de trabajo hace una exhaustiva investigación sobre la actuación del entonces primer ministro británico Tony Blair. El trabajo de la comisión, fue dirigido por el inglés John Chilcot. Por esta razón este informe tiene ese nombre. John Chilcot, es un diplomático de carrera, que durante su desempeño profesional, ha tenido varios puestos claves en la diplomacia británica. Cuando todo el mundo estaba convencido que la invasión a Irak, con Saddam Hussein, como su presidente, fue justa porque Irak era una amenaza para la paz mundial, debido a que tenía en su arsenal, armas de destrucción masiva, sale a la luz, este informe que confirma lo que algunas voces solitarias afirmaban en forma contraria. Es decir que en Irak no existía ningún tipo de arma letal de destrucción masiva, que pudiera poner en riesgo la paz mundial. Pero George W. Bush, entonces presidente de EEUU, con el apoyo de Tony Blair de Inglaterra y José María Aznar de España, fraguaron y distorsionaron la verdad, es decir mintieron, para justificar la invasión a este país árabe. Esta guerra ya estaba definida con tres semanas de anticipación por estos innobles aliados. Solo estaban preparando el aparato bélico y logístico para iniciar la invasión. La agresión militar a Irak, por las fuerzas de EEUU, Gran Bretaña y España ha causado la muerte de miles de soldados de estos países y casi un millón de víctimas mortales de Irak. También es la causa principal de la aparición de grupos terroristas islámicos que están actuando criminalmente en muchos países árabes. En este genocidio tienen responsabilidad directa los tres socios ya mencionados. Por eso los familiares de los soldados ingleses muertos en Irak, califican a Tony Blair, como el peor genocida de su pueblo y reclaman justicia y reparación por las muertes de sus deudos. Este condenable hecho, demuestra hasta qué punto las grandes potencias encabezadas casi siempre por los norteamericanos, pueden hacer lo que quieran en el mundo sin reparar en la paz, el costo social, ecológico y humano que desencadenan estas acciones militares. Por eso es muy importante que la opinión pública siempre tenga una opinión crítica sobre los acontecimientos y las noticias que difunden los medios, para poder evaluar su veracidad. Felizmente, todavía existen, en todas nuestras sociedades, personas, aunque pocas, como el inglés John Chilcot, que anteponen la verdad, la objetividad y la justicia, en todos los temas que afectan a una sociedad por encima de los intereses egoístas de muchos políticos y de los grandes intereses económicos. Por Manuel J.Villanueva Consultor Internacional Blog: www.majevic.blogspot.com

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