miércoles, 20 de mayo de 2015

Estafa empresarial

Las autoridades de los EEUU y de Inglaterra, han multado por un monto superior a los 6 mil millones de dólares a seis de los más grandes bancos de esos países, por sus malas actuaciones en el mercado de divisas. Es decir de acuerdo a las conclusiones de las investigaciones, estos bancos han estafado tanto a sus clientes como a los gobiernos de los países citados. Estos bancos son: UBS, Barclays, Citigroup, JP Morgan y RBS. También estos bancos enfrentan cargos criminales hechos por el Departamento de Justicia y la Reserva Federal de EEUU. Ante las evidencias abrumadoras dos de estas entidades han declarado ser culpables de violar las normas antitrust en la fijación del tipo de cambio euro/dólar y otra se declaro culpable de manipular los tipos de cambio. Estas sanciones son el fiel reflejo de sociedades donde todas las entidades y ciudadanos tienen que respetar la ley sin ninguna excusa válida. Que diferencia a lo que sucede en nuestro país, donde muchas empresas tienen malas prácticas empresariales y delictivas, pero las entidades de administrar justicia y control tributario, nunca hacen las debidas investigaciones para sancionarlas. En este contexto, parece que todo el andamiaje empresarial del país, trabaja en forma legal, pero al parecer la realidad es muy diferente. Muchas empresas burlan los marcos legales con la finalidad de acumular mayores utilidades o para facilitar ilegalmente sus operaciones. Esto se puede comprobar en los temas tributarios, como falsificar facturas y otros artificios, para evadir impuestos y del medio ambiente donde a muy pocas empresas les importa regirse por la ley a pesar que nuestra legislación es muy laxa y no tan severa como debería ser. Por eso se ve que hay transgresiones a las vedas de pesca sin importar que con esta acción ilegal se está depredando las ricas especies marinas que todavía se encuentran en nuestro mar o también la destrucción de muchos restos arqueológicos hechas por empresas mineras para ampliar sus operaciones sin ningún respeto con nuestra cultura y tradiciones. Además, recientemente se ha visto la forma desenfadada como la Southern, que tiene a su cargo el proyecto minero Tía María, en Islay, ha tratado de sobornar a un dirigente de la protesta contra este proyecto a través de un abogado intermediario y venal. Es lamentable que en este impase, todos los medios de comunicación, los ministros y la gobernadora de Arequipa, solo hayan criticado severamente al dirigente opositor por este luctuoso hecho, llamándolo “delincuente”, pero no han criticado a la empresa minera y al abogado intermediario. Este acto de corrupción no es solo responsabilidad del dirigente sino también de la empresa que ofrece la coima y del abogado intermediario. Si hubiera objetividad y simetría a todos los que han intervenido en este acto se los debería llamar por igual “delincuentes”. Además, este grave hecho seria razón suficiente para cancelar la ejecución de este emprendimiento por la empresa minera Southern. Con esto queda demostrado que en nuestro país existen leyes pero nadie o casi nadie las cumple. Esto deteriora mucho todo el andamiaje empresarial y social que sustenta una democracia y el estado de derecho. Estos son verdaderos cargos criminales que deberían recibir la sanción penal correspondiente. Pero, poner la llaga en el dedo de la corrupción, es visto como una forma de subversión. Para eso se hace hincapié en la falacia de que sancionando a una empresa, sobretodo extranjera, se ahuyentan las inversiones. Pero eso no es verdad. Los malos manejos empresariales, sean de quien sean se deben sancionar. Esto es una práctica usual, como vemos en los EEUU y Europa, países donde existe regímenes de economía de mercado y de libre competencia. Pero las empresas que incumplen con la ley, son sancionadas y esto no es motivo para que no sigan invirtiendo. Porque la esencia de los negocios es crecer y competir, pero con reglas claras que deben ser cumplidas por todas las empresas. Sin embargo es responsabilidad de los estados velar porque las leyes que rigen a la actividad empresarial, sean seguidas y respetadas por todos los empresarios. Si esto se cumpliera en nuestro país, estaríamos dando un gran paso en mejorar nuestro sistema empresarial. Esto significa refundar nuestra cultura empresarial desterrando de su seno las malas prácticas administrativas, que solo sirven para alentar la corrupción. Por Manuel J. Villanueva Consultor Internacional Blog: www.majevic.blogspot.com

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